viernes, 11 de enero de 2013

Lo que nos queda...

No debe de ser mucho, si cada día desmantelan un medio de comunicación (hoy Europa Press, ayer Punto Radio), hacen un ERE (Telemadrid), se salvan siempre los mismos (EULEN sube el sueldo a sus altos cargos, SÓLO a ellos)... Sin duda el panorama que nos encontramos los periodistas cuando el sistema nos escupe es desolador. Sólo te cierran puertas y es complicado ver la luz cuando día sí y día también compañeros pasan a engrosar la lista del INEM que tú ya ocupas. ¿Y que nos queda? Trabajos precarios, muchas veces mal pagados, buscarte las castañas como freelance desde casa, hacer malabares con colaboraciones... Pero algo no cuadra, el sistema está podrido.

Sales cuando mejor preparado crees que estás y el bucle infinito implica trabajo barato a cambio de un tiempo limitado de servicio, la rueda no para de girar. Los que se quedaron no encuentran acomodo, los que se fueron te sirven hamburguesas en el McDonal's de Londres. Y la televisión no ayuda enseñando el nuevo periodismo que promulgan los comunicadores deportivos. Secciones donde se prioriza el cachondeo, vídeos infinitos de un partido de 90 minutos, las risas ante la ignorancia de algunos temas (que ni dudan en señalar que no controlan o conocen). Y si te quedan ganas de más por la noche el bochorno hecho programa, con un planteamiento que deja a buen lugar a los contertulios de la cadena amiga.

Esta es la realidad con la que nos encontramos muchos periodistas cuando nos quedamos en paro. No es muy esperanzadora pero es la que hay. Toca reciclarse, volver a los orígenes o no, replantearse las cosas, nunca rendirse, aprovechar para estudiar los idiomas que se olvidaron, aprender otros nuevos. Pero no es fácil, doy fe.
Pero es lo que nos queda...

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