martes, 31 de diciembre de 2013

Balance anual, mi artículo del Dxtcampeón

Hola a todos! Cierro el año con el último artículo de 2013 para el Dxtcampeón sobre el convulso año que ha vivido el Deportivo.




Balance anual

Cuando llegan estas fechas todos hacemos recuento de lo que ha sido el año, lo que hemos conseguido, lo que hemos perdido, lo que nos queda por lograr… ¿Cómo se portó el 2013? Puede que a algunos les haya traído trabajo, algo que por desgracia escasea y que va camino de convertirse en un bien en peligro de extinción, otros es probable que fuesen tocados por la fortuna, y no me refiero sólo a la que trae consigo dinero y bienes. Tener suerte también es gozar de una buena salud, contar con la cercanía de los seres queridos y el amor de una lumbre, sobre todo en estos días de intenso frío.

¿Qué balance hará el Deportivo? ¿Qué enseñanzas puede sacar de un año tan convulso y complicado el conjunto blanquiazul? El club herculino cerró el 2012 de manera abrupta, con la destitución de José Luis Oltra, el técnico que había devuelto a la entidad a Primera División. Con el preparador valenciano marchándose por la puerta de atrás y sin poder tomarse las uvas finalizó el año del ascenso del Deportivo. No llegó con un pan debajo del brazo Domingos Paciencia. Cuatro puntos en seis encuentros y mes y medio después abandonaba un barco a la deriva y herido de muerte. Unos dicen que le pudo el miedo escénico al luso, otros aseguran que le sobró cara. Sea como fuere, el Deportivo volvía a quedarse sin capitán, con el agravante de que la embarcación hacía aguas en medio de la petición de un Concurso de Acreedores.

El nuevo comandante llegó, tras siete años lejos de los banquillos de Primera División. Viejo conocido de la grada blanquiazul ya que había entrenado a Celta y Compostela, entre otros. Fernando Vázquez, el Profe, debutaba a los mandos del Deportivo el 23 de febrero de 2013 ante el Real Madrid. Casi daba la sorpresa el de Castrofeito en Riazor, aunque al final la todopoderosa escuadra de José Mourinho terminaría por llevarse de forma ajustada el choque (1-2). No comenzó con buen pie el técnico, con tres derrotas y un empate, pero cuatro victorias consecutivas ante Celta, Mallorca, Zaragoza y Levante daban aire en la clasificación y, sobre todo, devolvían la esperanza a la sufrida parroquia deportivista. En la última jornada, sin embargo, los sueños se desvanecían y el conjunto blanquiazul enmudecía ante el terrible déjà-vu, esta vez contra la Real Sociedad.

De nuevo al infierno y esta vez sin Valerón. 2013 fue el año de la despedida del Flaco, del faro del Deportivo. Ríos de tinta hizo correr su marcha a Las Palmas, pero lo único cierto es que ese día se cerró un capítulo de la historia del club. Con Fernando Vázquez al frente desde el inicio de la competición y el club inmerso en una delicadísima situación económica comenzó un nuevo periplo en Segunda División. Mientras fuera de los muros de Abegondo y de las gradas de Riazor arreciaba una tormenta electoral sin precedentes, en el césped el Deportivo, aunque dubitativo al inicio, hablaba cada vez más alto y claro.

Diciembre, como lo fue hace un año, volvió a ser mes de despedidas. Pero esta vez el que dijo adiós fue Lendoiro, tras 25 años presidiendo el Deportivo. Mientras la lucha por el cetro que queda vacante se sigue librando, el conjunto blanquiazul despide el 2013 consciente de que el mayor motivo de celebración es que sigue vivo. Quizá ese sea el mejor balance.

Feliz año nuevo!!

lunes, 16 de diciembre de 2013

Vídeos caseros con Lorenzo, mi artículo para el Dxtcampeón

Hola a todos!

Una semana después vuelvo por aquí, siento el momentáneo abandono del blog, espero volver a actualizar con asiduidad. Os dejo mi artículo de la contra del Dxtcampeón de esta semana, sobre el vídeo de la casa de Jorge Lorenzo. Espero que os guste.



Vídeos caseros
“He aprendido que en España se ven las cosas de diferente manera y el éxito de los deportistas, a veces entendido mal, puede llegar a doler a parte de la gente" (Jorge Lorenzo).  Con la llegada de las redes sociales la información fluye, se transforma y enfatiza a la velocidad de la luz y, para bien o para mal, encumbra o censura a los protagonistas de la misma. Esta semana le tocó a Jorge Lorenzo. El piloto balear, famoso además de por su destreza en los circuitos por no tener pelos en la lengua, se convirtió en el blanco de las iras de la comunidad virtual debido a un vídeo en el que enseñaba su casa.

Una impresionante mansión en la región catalana de Maresme y equipada con todo lujo de detalles. El documento audiovisual pretendía ser una especie de tour virtual, en el que, de la mano de Lorenzo cual cicerone, nos adentrábamos en el fabuloso hogar del piloto. La ostentación del mismo es fácilmente comprensible si tenemos en cuenta que su sociedad de cabecera de la que él es accionista único, FMT LAND 99, se ha anotado un beneficio neto de 13,84 millones en los últimos cuatro años. Y, después del visionado, nos queda claro que el dinero está bien invertido.

El problema del vídeo de la discordia no es tanto esa demostración de riqueza, cuestionable si tenemos en cuenta la situación económica que vive España, sino la utilización que se hace en él de la figura de la mujer. Porque la casa de Lorenzo se encuentra totalmente conquistada por auténticas bellezas en biquini, que campan a sus anchas por el complejo y de las que la cámara no pierde detalles, planos cenitales incluidos para dar mayor carga dramática a la escena.

Y sin poner en duda el atractivo de las maniquíes en cuestión, en el vídeo se representan como meros floreros, lastre que durante muchos años sufrieron las mujeres, relegadas a un segundo plano para tranquilidad de sus maridos, poderosos guardianes de sus casas. Afortunadamente, esos clichés van poco a poco desapareciendo, pero este tipo de manifestaciones no ayudan. Sean las modelos una cuestión imagen de marca, sean estrategia de marketing o haya sido un “despiste” tras una mala edición.

Se excusaba Lorenzo en ese punto afirmando que la pieza estaba concebida para el público americano, un tipo de espectadores que el piloto entiende que cuentan con un ojo crítico más laxo. “Allí todo el mundo lo ve normal, la gente admira esos vídeos y tienen respeto por los deportistas”, argumentaba. Sin duda, es el exceso de sensibilidad del espectador nacional el causante de semejante revuelo. ¡Cuánto tenemos que aprender!

El deportista zanjaba el tema asegurando no entender el porqué de las críticas, alegando que él provenía de una familia humilde y que todo lo había conseguido con el sudor de su frente. Aquí la envidia claramente nos corroe. Lo que quizá, a modo de modesto consejo podríamos darle, es que uno siempre debe recordar de dónde viene, para así saber a dónde va. Y el chico que dormía en los circuitos, palabras textuales suyas, “en la caravana más pequeña del paddock”, parece haberlo olvidado.


Feliz lunes!

lunes, 9 de diciembre de 2013

Mi artículo-homenaje a Madiba en el Dxt

Hola a todos! Os dejo mi artículo de esta semana en el Dxtcampeón sobre cómo Mandela por medio de un deporte, como el rugby, consiguió reconciliar a un país como Sudáfrica devastado por el racismo y un terrible apartheid.

Feliz lunes!



Deporte y alma

“El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas cosas. El deporte le habla a las personas en un lenguaje que todos entienden. Tiene más capacidad que los gobiernos para derribar las barreras sociales”. (Nelson Mandela)

Nelson Mandela, Madiba (nombre del clan de Mandela en lengua xhosa y con el que se le conoce popularmente) supo aunar como nadie deporte y cohesión social. Construyó con sus propias manos el sentimiento de igualdad entre todos los sudafricanos, tras décadas de apartheid e hizo que miles de corazones latiesen al unísono en el Ellis Park de Johannesburgo. La selección de rugby había ganado a la todopoderosa Nueva Zelanda y era campeona Mundial un año después de que Madiba accediese a la presidencia del país.

Un deporte, como el rugby, practicado exclusivamente por ciudadanos blancos, servía para cerrar heridas entre la población blanca y la negra, que asistían estupefactas al espectáculo que se desarrollaba en el verde. Madiba avanzaba por el campo vestido con la sudadera y la gorra de los Springboks, mientras estrechaba la mano de François Piennar, flamante capitán del combinado. Éste recibía de manos del presidente la Copa Mundial y cerraba el círculo iniciado por ambos hacía un año.

Los Springboks habían sido hasta ese preciso instante un símbolo del todavía latente poder de la minoría blanca, los afrikáner, terrible herencia de los años más duros de una segregación racial que había comenzado en la década de los cuarenta. Una escuadra cuya plantilla contaba con un único jugador negro, Chester Williams, y con una afición crítica con Mandela. El odio profesado por la población sudafricana negra era tal que llegaban a animar a los rivales de los Springboks, deseosos de que nunca ganasen una contienda.

Donde otros sólo verían conflicto, Madiba halló la oportunidad de cambiar la situación, de encontrar en el desencuentro el punto de unión de un país y una población devoradas por los intereses de las oligarquías y la indiferencia de Occidente. Convenció a Piennar y juntos recorrieron el país un año antes de la celebración del Mundial acercando el rugby a las zonas más desfavorecidas. El sueño comenzaba a cobrar forma y el deporte plantaba la semilla de la reconciliación. El combinado sudafricano no estaba en las quinielas para hacerse con el triunfo continental, pero el destino se alió con Mandela.

Los Springboks rompieron con todos los pronósticos y vencieron en una final que se decidió en la prórroga al conjunto neozelandés (15-12). Una explosión de júbilo se extendió por todo el país y la población coloreó las calles coreando el nombre de los campeones. Una incontrolable alegría había unido a una nación hasta ese momento dividida. “No hemos ganado para los 60.000 aficionados que estaban en el estadio, hemos ganado para los 43 millones de sudafricanos”, reconoció Piennar tras la hazaña.

Una quimera que había soñado hacía un año Madiba, que trenzó mientras susurraba a Piennar aquellos versos de Invictus, el célebre poema de William Ernest Henley “Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”. Un alma que demostró que el deporte era su más valiosa herramienta de cohesión y que siempre es más fuerte lo que nos une que lo que nos separa.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Récord de lecturas (153) en el artículo de entrenadores del dxtcampeón

Simplemente gracias, es un placer escribir, poder ver que mis artículos son leídos, sin duda, ya es un premio. Y ver la capacidad que tienen las redes sociales de llegar es una prueba de la valiosa herramienta que pueden ser, siempre que son bien empleadas, claro.

Espero que, además de haberlo leído, os haya gustado. Fue muy fácil escribir sobre los entrenadores porque, por fortuna para mí, he tenido muchos y muy buenos y conozco de primera mano lo que viven, sufren y sienten por sus equipos. Me esforzaré porque cada día os asoméis a la contra del Dxtcampeón los lunes y la terminéis con una sonrisa. 

 GRACIAS!


lunes, 2 de diciembre de 2013

Entrenadores, mi artículo del Dxt

Hola a todos! Os dejo mi pequeño homenaje a los entrenadores, esos héroes silenciosos que cada fin de semana luchan dos batallas, una en el campo de juego y otra contra ellos mismos y sus nervios.


Entrenadores

Los reconocerás al primer golpe de vista. Apostados en la banda de fútbol, rozando la línea de la zona técnica de la cancha de baloncesto, arrimados a la valla de hockey. Sufriendo en silencio y celebrando bajito los pequeños triunfos. Sabiendo que un partido no es más que la sucesión de muchas batallas hasta ganar la guerra. Canalizadores de emociones y sentimientos, por encima de todos, los suyos propios.

Complicada papeleta la suya que les obliga a ver el espectáculo desde la barrera, sin posibilidad de intervenir en ningún momento e irrumpir en el terreno de juego. Ni uñas ni dedos soportan la ansiedad que padecen estos héroes silenciosos, que sienten como suyas las derrotas, que cuelgan la medalla de la victoria siempre alrededor del cuello de sus jugadores. Su mérito siempre queda en un segundo plano.

Muchas veces primeras cabezas de turco, chivos espiatorios y centros perfectos de la diana para los dardos envenenados. Cuestionados muchas veces sin margen, sometidos al diario escrutinio y con una lupa enorme sobre ellos que amenaza con quemarlos cual hormigas bajo el astro rey. Amenazados por la inmediatez del día a día y la exigencia de resultados que no espera a los rezagados. Los técnicos lo saben y luchan contra los números a diario.

¿Sus armas? Sus conocimientos y, más importante aún, su capacidad para transmitirlos creando sinergias con los jugadores. ¿Sus medios? Los entrenamientos semanales con el equipo. Ese espacio de tiempo que pasan con sus pupilos, aprendiendo de ellos y enseñándoles. Horas y horas de trabajo preparando sesiones, visionando al rival, haciendo un estudio del mismo. Y al final todo se reduce a lo que dura un encuentro. Y saltan a escena los soldados mientras ellos dirigen las operaciones desde la distancia. Y sufren, y dan aliento, y se enfadan, y corren la banda, y se paran, y suspiran y miran el reloj…. Los partidos no sólo se juegan en el campo, ellos también libran su propio choque contra sí mismos.

Y llega el final de la contienda. Intercambio de impresiones entre jugadores, saludo de los técnicos, aplausos a la grada y ya enfilan el túnel de vestuarios. La derrota ha asomado su feo rostro, pero trae debajo del brazo valiosas enseñanzas. Los jugadores se van marchando uno a uno, más o menos contrariados, pero casi nadie repara en que falta el entrenador. Muchos no lo sabrán, pero como leí una vez en un maravilloso artículo sobre los preparadores, estos cargan con una mochila. Una pesada zamarra llena de dudas, de puntos positivos, de apartados a mejorar, de impresiones de sus jugadores, de lamentos por malas decisiones durante el encuentro, de reproches y autocrítica…

El partido para ellos no termina cuando se para el reloj, sigue presente varias horas en su memoria hasta que muy poco a poco esa mochila se va vaciando. Necesitan que vuelva a estar ligera y les permita continuar porque, dentro de una semana, volverán a llenarla con un nuevo duelo. Y volverán a apostarse en la valla, caminar nerviosamente por la banda o escuchar cómo les recriminan al  salir de la zona técnica. Porque libran una lucha interior, porque sufren y viven cada partido. Porque está en su ADN, porque son entrenadores.

Feliz lunes!