martes, 29 de diciembre de 2015

Últimos artículos de 2015 en Dxtcampeón: "Las victorias enseñan" y "Fin de año"


Hola a todos!

Os dejo mis dos últimos artículos de este 2015 para Dxtcampeón. El primero titulado "¿Las victorias enseñan?" se pregunta su realmente los triunfos sirven para estraer sabiduría. El segundo de ellos "Fin de Año" os cuenta mi opinión sobre este nuevo Deportivo de Víctor Sánchez del Amo.

 Siento el retraso, estuve unos días fuera. ¡Que tengáis un muy buen inicio de 2016!

¿Las victorias enseñan?

La cultura popular, rica en refranes y dichos, tiene uno que reza “Se aprende más de una derrota que de cien victorias”. Siempre había suscrito esa idea, ya que consideraba que muchas veces es cuando erramos cuando somos más conscientes de dónde han estado los fallos y cuáles pueden ser sus soluciones, o los caminos que nos lleven a no volver a cometerlos.

Leyendo el otro día a la psicóloga Patricia Ramírez, que daba una vuelta de tuerca a esa afirmación, su artículo me acabó llevando a la conclusión de que realmente se infravalora la enseñanza de los triunfos. Cuando ganamos parece que se debe más a factores externos, “tuvimos suerte”, “nos entraban todas las canastas”, “pitaron poco”, “nos pudimos quedar con diez pero le perdonaron a fulanito la segunda tarjeta”…

Sin embargo, cuando perdemos asociamos prácticamente todo el mérito a nosotros mismos, sobre todo machacándonos de forma interna. “Qué mal jugué/jugamos”, “no defendimos nada”, “estamos bajos de ritmo”, “qué poco se entrenó esta semana”, “que malos fueron los cambios”, “el entrenador no sabe”… Y mientras cuando ganamos no solemos darnos en exceso palmadas, cuando perdemos nos empecinamos en embarrarnos con pensamientos negativos.

En su texto Patricia Ramírez sostenía que cuando vencemos podemos obtener también sabias enseñanzas. Reflexionar sobre qué hemos hecho bien para conseguir la victoria, las sensaciones que tuvimos durante el encuentro, incluso los pensamientos positivos que nos llevaron a jugar mejor. Porque somos muchas veces nosotros mismos los que nos limitamos con nuestra voz interior.

En una sociedad que prefiere el error o el sufrimiento muchas veces como fuente de aprendizaje o crecimiento personal, reivindicar los triunfos o los éxitos (deportivos y de todo tipo) como fuentes de sabiduría supone aprender en positivo. Considero que es una forma mucho más placentera de mejorar, dejando así de lado el autoflagelamiento que muchas veces nos infringimos cuando las cosas no salen como querríamos.

 Las derrotas y las pérdidas seguirán estando ahí, en el deporte y en la vida, y también enseñarán, pero todo lo bueno que consigamos, todas nuestras victorias en cualquier plano, personal, profesional, deportivo… podrían convertirse también en un acicate para futuros retos. Guardaríamos y recordaríamos todo aquello que hicimos bien, aquellas pautas que nos ayudaron a lograrlo, y dejaríamos de considerar lo logrado como un “producto de la buena suerte”, como lo catalogamos siempre. ¿Las victorias enseñan?

Fin de año

Termina 2015 y toca hacer balance para el Deportivo. El doble de puntos tiene el equipo de Víctor Sánchez del Amo con respecto a la misma situación liguera del año pasado. Cierto es que entonces no dirigía al conjunto blanquiazul.

Con 26 puntos los deportivistas se sitúan por la zona plácida de la tabla y transitan, por el momento, con paso firme en la Liga. Con sólo dos derrotas, el Deportivo es ahora un equipo rocoso, difícil de vencer y que aprovecha sus oportunidades de gol, muchas veces gestadas y finalizadas por Lucas Pérez, que ya ha igualado a Bebeto en número de dianas consecutivas en Liga.
Los blanquiazules, además, son ahora un conjunto mucho más polivalente, que puede cambiar sus piezas en el tablero, variar su estrategia en función del rival y seguir siendo igual de efectivo y letal. Víctor ha conseguido que todos los jugadores se sientan importantes y que los que entran en el once lo hagan igual de enchufados que los más habituales.

Hablaban al principio del Deportivo como conjunto revelación, pero después del empate ante el Barcelona quedó claro que los blanquiazules iban mucho más en serio y que no se iban a contentar con ser los animadores de la Liga. Con un juego ordenado, vistoso y sobre todo efectivo los deportivistas disfrutan de una campaña sin apenas sobresaltos y con la afición blanquiazul rendida a su oficio.

La comunión con los seguidores, tan vital para el equipo en el pasado en los momentos más delicados de la pasada campaña, sigue siendo un impulso impagable. Los viajes de la hinchada deportivista acompañando al equipo a Barcelona o Granada son el mejor ejemplo de su sacrificio. El Deportivo sabe de la importancia de mimar a sus fieles, e iniciativas como los autobuses de "destino Riazor" son un inequívoco guiño a esos aficionados.

Un estadio que luce con una renovada imagen, un importante lavado de cara, aunque sigue siendo el mismo feudo testigo de las mayores noches de gloria de Champions y también de los más dolorosos descensos. No lo olvidan los seguidores, aunque algunos son muy jóvenes como para acordarse de que en Riazor sonó el himno de la mejor competición europea, mientras otros son muy mayores como para no acordarse del gol de Stoja.

El balance, quitando puntos negros como la lesión de Fabricio, no puede ser más que positivo para el Deportivo, que ha encontrado el equilibrio de la mano de uno de sus jugadores más carismáticos. Un técnico que vivió la etapa dorada del cojunto blanquiazul y que ahora lo dirige en un momento diferente, con objetivos muy distintos a los que perseguía el Deportivo cuando Víctor vestía de corto. La supervivencia pasa ahora por mantener la categoría, y todo lo demás continúa siendo una quimera. Lo repite el propio preparador y todos y cada uno de los jugadores. Y la afición,  aunque deseosa de soñar despierta, asume como propio el discurso.

Toca finalizar el año, antes de hacer balance, en Getafe, otro rival de la Liga del Deportivo. Después vendrán Villarreal y el temido Madrid. Pero será ya en 2016 y eso será otra historia. Primero acabemos bien 2015.

 ¡Feliz año!



lunes, 14 de diciembre de 2015

Accidente, mi artículo en Dxtcampeon

Hola a todos!

Os dejo mi artículo de esta semana en Dxtcampeón sobre porqué considero que el empate del Deportivo ante del Barcelona no fue un "accidente" como pregonó en sala de prensa Luis Enrique. Asimismo, os dejo también mi artículo de la semana pasada "sobrados", mi particular previa de ese partido.

Accidente
Así calificó Luis Enrique el sufrido empate del Deportivo en el Nou Camp de un equipo que no se rindió y aprovechó el relax culé (más pendiente de Mundialito) y la autopista de Mathieu por la banda izquierda. Decir que es injusto el punto, como indicó el técnico asturiano en sala de prensa, es no querer ver que hubo un equipo que, no sólo no jugó sin complejos, sino que tuteó por momentos al todopoderoso conjunto azulgrana.

Tildar de accidente a lo ocurrido en Can Barça es restar méritos a un rival que plantó cara desde el primer minuto, con varios avisos de Jonathan. Un adversario que supo sobreponerse a dos goles imparables para un Lux que tuvo la oportunidad de lucirse.

Que al Deportivo se le da bien visitar el feudo culé es atribuir casi a la suerte o a la fortuna el hecho de puntuar de nuevo en el mismo escenario en el que el conjunto blanquiazul certificó la permanencia la pasada campaña. El sábado los de Víctor Sánchez del Amo dejaron claro que no fue casualidad puntuar ni entonces ni ahora. Que tomen nota los agoreros y desconfiados, remontar un 2-0 al Barcelona tiene más de gesta que de demérito del rival.

Aunque con la baja de Neymar, el Barcelona seguía teniendo suficientes argumentos sobre el verde para amargar la tarde a los deportivistas: Busquets, Iniesta, Suárez, Rakitic, Messi.... De nuevo el argentino fusilaba la meta blanquiazul, ahora defendida por Lux.

Pero con la ventaja en el marcador de dos tantos, el Barcelona decidió embarcar ya hacía Japón. No se trató únicamente de que los azulgrana jugasen a medio gas, sino que el Deportivo, que había hecho méritos para haber marcado, lograba de forma justa igualdar la contienda.
A cinco minutos para el final del tiempo reglamentario, Bergantiños ajustaba un potente disparo imposible para Bravo, después de aprovechar el regalo de Mathieu. Merecido premio para el de la Sagrada, que ya había celebrado el primero de un Lucas Pérez en estado de gracia.

Ni el último intento de Piqué por convertirse en protagonista con su enésima demostración de obsesión merengue (y van...) ni las explicaciones de injusticias o accidentes deslucen un ápice el carácter de un Deportivo que no es ya el equipo revelación,  sino una realidad. Y eso tiene poco de accidente y mucho de oficio.
 
Sobrados ( o mi previa de este encuentro
 
El próximo rival liguero del Deportivo, el Barcelona, va sobrado de muchas cosas. Sobrado de tridente letal ofensivo, con tres bestias futbolísticas en estado de gracia: Suárez, Neymar y Messi, que amenazan con sus dianas a la BBC merengue. Sobrado de calidad en la medular, con Busquets e Iniesta, en la banda con Alves, en la defensa con Piqué, que igual te despeja de cabeza, te mete un gol como si de un nueve se tratase o se ríe él solo en las redes sociales mientras escupe para arriba. 

Sobrado de recursos, de dinero para fichar (cuando les dejen) todo aquello que quieran y destaque en otros equipos, incapaces de pagar las estratosféricas cantidades que manejan los culés, sobrado de marketing, de solera internacional, de millonarios contratos publicitarios…

Sobrado también de soberbia. Por mucho que hablen de Masía y valors, ese halo de superioridad mal entendida sigue acompañando al Barcelona. Sólo así se puede apreciar el feo al Villanovense. La lesión de Mathieu y la decisión de Luis Enrique de jugar los poco más de diez minutos con un hombre menos sin agotar el cambio que le quedaba es una muestra más de soberbia, la de un equipo que goleaba (6-1) ante el conjunto extremeño. Para completar el esperpento Luis Enrique pedía disculpas por si su gesto “pudo molestar a alguien” alegando que no era su intención pero que “lo volvería a hacer”.

Agradezco desde aquí que la idea no sea faltar al respeto de forma intencionada y me encanta la coletilla “lo volvería a hacer”, pero también insto al técnico asturiano que, si se ve tan “sobrado” pruebe a jugar con diez el próximo sábado ante el Deportivo en el Camp Nou. A fin de cuentas, este Barcelona de los récords y el cero respeto por el rival tiene que buscar nuevas gestas más allá de ganarlo todo. Una pica en Flandes ya la puso el otro día en Copa jugando con diez para “no forzar” al resto de efectivos del banquillo, que a bien seguro quedarían desfondados tras 12 minutos de tensión máxima en un partido que ganaban los azulgranas 6-1. Comprensible.

Estoy convencida que diez jugadores en el feudo culé, al abrigo de su abnegada afición son capaces de doblegar a un conjunto como el Deportivo, que a fin de cuentas juega en otra Liga, ¿no? Pero mucho me temo que los de Víctor Sánchez del Amo no saltarán al césped con un hombre más que su rival. La soberbia del Barcelona no es tan temeraria, y a bien seguro que Luis Enrique sacará a toda su artillería para evitar desagradables sorpresas. Y es que la última vez, independientemente de las circunstancias, el Deportivo consiguió algo más que un punto en Barcelona. 

Feliz lunes!!