martes, 27 de febrero de 2018

No es fútbol, mi artículo en Dxtcampeón

Hola a todos! Os dejo mi artículo de esta semana


No es fútbol

El pasado jueves en la previa del encuentro de Europa League entre el Athletic de Bilbao y el Spartak de Moscú falleció un ertzaintza víctima de un infarto en medio de los graves incidentes entre ambas aficiones. ¿El encuentro se celebró? Por supuesto, el fútbol no para ni con una muerte en las inmediaciones de San Mamés. Tampoco lo hizo en Madrid, tras el asesinato del aficionado blanquiazul Jimmy. Muchos gestos, palabras de condena, minutos de silencio, pero no se toman medidas.

Antes del encuentro, en redes sociales me sorprendía ver en el perfil de una persona indicar que la había recomendado la propia policía que no llevase a sus hijos al colegio por la tarde, en previsión de lo que podía pasar. Difícil de creer, incomprensible, pero luego ves las imágenes de la batalla campal que se desarrolló en las cercanías del estadio y…¿entiendes todo?

¿De verdad esto es fútbol? Muchos contestan que sí, que en esto lo hemos convertido mirando para otro lado cuando pasan estas cosas, permitiendo que aficiones potencialmente peligrosas llenen los estadios, que vengan con el único propósito de buscar ‘bronca’. La violencia y el fútbol se dan, por desgracia, la mano. Lo único que hacemos para combatirla es movilizar cuerpos de seguridad, crear dispositivos especiales de seguridad, pero en ningún momento nos vamos a la raíz, para mí, del problema: el permitir la entrada a estadios de estos hinchas.

Muchos de ellos fichados, con expedientes delictivos, hablaban el otro día en los medios que ocho de los seguidores rusos eran calificados como potencialmente muy peligrosos. Se saben su nombre y apellidos y quienes son, ¿y están igual en un campo de fútbol? Su excusa es el fútbol, pero no es lo que les interesa. No son aficionados al deporte, solo es un fin para su medio. Pero mientras sigamos creyendo que con pancartas, minutos de silencio y discursos grandilocuentes del político de turno se soluciona todo estaremos siendo "cómplices" de que hechos como el del ertzaintza pueden volver a repetirse.

Urge echar a los violentos de nuestros estadios, que sean un lugar seguro, que el fútbol no se convierta en su paragüas y abrigo, que el deporte sea solo eso, deporte, y que se quede en el campo cualquier tipo de rivalidad. Convertir estas situaciones en familiares, en lugares comunes de este deporte o de otros dará normalidad a una situación que no puede, bajo ningún concepto, serlo. Porque me resisto a afirmarlo, porque esto, para mí, no es fútbol.

¡Feliz martes!

lunes, 19 de febrero de 2018

Ruptura, mi artículo en dxtcampeón

Hola a todos!

Regreso con los artículos al blog y os dejo el de esta semana, hablando sobre la actual situación tensa que se vive entre el Deportivo y su afición. ¿Estáis de acuerdo con ella? ¿Se agotará la paciencia de la grada?

Ruptura
Una de las imágenes más duras del partido del Deportivo ante el Alavés en Mendizorroza no fue ver cómo de nuevo perforaban la portería blanquiazul, una genialidad de Munir consentida por la pasmosa pasividad de hasta cuatro jugadores del Deportivo. 

La enseñó el canal GOL y mostraba a esos futbolistas dirigiéndose a donde estaban ubicados los 500 valientes que viajaron a Vitoria y que respondían los aplausos de los deportivistas con gritos contra de ellos y la directiva. Hartazgo de una hinchada, lógico y normal, ante una indolencia que duele. 

Cuando el Depor se vio en otra parecida, clasificatoriamente hablando, llegó un ‘tal Fernando Vázquez’ que, si bien no logró, por poco, la permanencia (llegó cuando quedaban 15 jornadas para que finalizase LaLiga) devolvió a algo que se había perdido: la comunión entre afición y equipo. Ésta estaba herida casi de muerte tras la llegada y posterior espantada de un Domingos Paciencia que fue visto y no visto en Riazor y al que todos recordamos por aquel infame partido ante el Granada.

El de Castrofeito consiguió que Deportivo y afición volviesen a darse la mano, algo fundamental en este tipo de circunstancias. No logró salvarse, pero consiguió el ascenso al año siguiente a una élite que no llegaría a catar como técnico blanquiazul. Una historia que ya conocemos y con la que empezó la máquina ‘tritura-entrenadores’ en la que se ha convertido el Deportivo. 

Una deriva que ha terminado con Clarence Seedorf como último ( o no) inquilino de un banquillo que quema. Tino Fernández dijo en su día que no les temblaría el pulso en cambiar al entrenador que hiciese falta para que el equipo compitiese bien y ‘abofé’ que no han dudado. Otra cosa es si han atinado o no con las designaciones y las destituciones. Empezando por la primera de ellas, con la que empezaron una serie de entradas y salidas de entrenadores que hacen pensar cuánto poder y culpa tienen un plantel al que nadie les vale para que los dirija. 

El sábado los dedos de los aficionados blanquiazules señalaban al campo pero también al palco. Lo decían en redes sociales, lo comentaban a viva voz al preguntarles y muchos de ellos describían esta situación como una ‘ruptura social’. Con el partido del Espanyol, otra final ( y van…) a la vuelta de esquina una se pregunta cómo lucirá Riazor, cómo recibirá la grada al Deportivo y qué cara van a mostrar los jugadores. Unos futbolistas que no dan síntoma de mejoría  y que, tras el gol albiazul, volvieron a bajar los brazos. 



Feliz lunes!