martes, 5 de agosto de 2014

Frágiles, mi artículo en el @dxtcampeon

Hola a todos!
Os dejo mi artículo de esta semana

 
 
Frágiles

Parecen superhombres, dotados de fuerza sobrenatural, surcan los cielos en pos de una canasta, un mate imposible, un tapón que haga atronar la cancha. Saltan, corren, botan y tiran en  una fracción de segundo y tú ni siquiera te has enterado. Los observas con estupefacción preguntándote cómo puede ser que todo parezca tan fácil en sus manos. El balón se esconde entre ellas a base de botes imposibles y tú no consigues ni seguirlo. Es como si tuviese vida propia. ¿Tirar de tres? Sencillo librar los 6,75 que te separan de la gloria. El balón entra limpio acariciando la red. Nada los frena, no fallan en nada.

Hasta que pasa. Un mal apoyo, un descenso del cielo mal calculado, la demostración de que no eres infalible. Y el dolor. Ese que sentimos todos al ver cómo por encima de todo somos humanos. Paul George ya lo sabía, pero cuando jugaba parecía no serlo. Aún tenemos en la retina la terrible lesión que nos heló la sangre durante un intrascendente partido de preparación de Estados Unidos. Harden corría hacia la canasta dispuesto a realizar una entrada y el alero de Indiana Pacers falló al salir a taponar a su compañero en el combinado nacional.

Cuando ocurre algo así siempre buscamos justificaciones, algo que nos indique el porqué, las razones siempre consuelan. ¿Qué la base de la canasta estaba más cerca de la línea de fondo de lo que suele estarlo en las canchas norteamericanas? Es posible, pero no hay que ir a cuestiones tan técnicas, ni calcular metros o centímetros. Paul George es humano y como todos se equivoca, padece, llora y siente. Puede que el calculase mal la distancia, puede que fuese mala suerte, pero el caso es que esto nos demuestra una vez más algo que muchas veces olvidamos: somos frágiles.

Somos una máquina perfecta que nos permite correr, saltar, jugar, competir. Tenemos nuestro cuerpo, el mejor aliado para el deporte, al que debemos cuidar pero que, como nosotros, no es infalible. Un cuerpo al que hay que valorar y respetar, cuidar y mimar. Ser conscientes de su fragilidad no nos hará débiles, sino fuertes. Porque cuando se conocen las propias limitaciones se pueden alcanzar los sueños. Y por muy frágiles que seamos, esa circunstancia sólo nos hará humanos, pero nunca nos impedirá conseguir lo que nos propongamos, ni alcanzar las metas que tengamos. Sólo tardaremos un poco más en lograr nuestros sueños. Ya lo dijo Paul George: “Volveré mejor que nunca”.

Feliz martes!

No hay comentarios:

Publicar un comentario