lunes, 4 de noviembre de 2013

Mi artículo para Dxt: "La caída de los gigantes"

Hola a todos!
Os dejo mi artículo de hoy en el DxtCampeón. Espero que os guste.

Un saludo!



La caída de los gigantes

Desde las alturas es complicado a veces ver con perspectiva, puede cegarnos la cercanía con el sol y terminar quemándonos como modernos Ícaros. Demasiado se acercó Allen Iverson al astro rey, que lo devuelve de nuevo a la Tierra. El anuncio de su retirada no ha sido ninguna sorpresa tras sus últimos errantes años entre la Liga Turca con el Besiktas y su frustrado intento de regreso a la NBA, que había abandonado en 2010.

Su “gran aventura”, como describió el jugador nacido en Virginia hace 38 años, finalizó. Un deporte, el baloncesto, al que reconoció que le dio “todo”, aunque en el camino perdió “el deseo de jugar”. Una controvertida carrera de catorce años del que había sido hasta en once ocasiones All Star y en la que, además de Philadelphia 76ers, también incluyó su paso por Denver, Detroit y Memphis. Su nombre, antes asociado a Rookie del año (1996-97) en su primera campaña en la NBA, o a su galardón de MVP en el curso 2000-01, era sinónimo en los últimos tiempos de asuntos turbios.

Ahora, tras haber dilapidado su inmensa fortuna, Iverson se une a la lista de deportistas que lo tuvieron todo pero que terminaron ahogándose en su propio éxito. ¿Quién no recuerda a Marion Jones, colgándose tres oros en Sidney 2000? Luego vendrían las lágrimas, el arrepentimiento, y medio año en la cárcel y dos de libertad provisional. ¿O a Jason Caffey, fiel compañero de Michael Jordan en la época más gloriosa de los Chicago Bulls, actualmente arruinado? El excampeón Mundial de pesos pesados Mike Tyson, los jugadores de baloncesto Scottie Pippen o Charles Barkley o Jack Black, de los Red Sox, entre otros muchos.

¿Por qué leyendas vivas del deporte zanjan así una carrera de éxitos?  ¿En qué momento el sol les ciega? El dinero, sobre todo en astronómicas cantidades, nubla la mente y no es sencillo administrar grandes fortunas con la tentación que supone el gasto. Personas que revolotean, cual moscas sobre la miel, alrededor de estas personas, gente interesada que gestiona su dinero o simplemente la imposibilidad de muchos de estos deportistas de decir “no”.

El deporte a esa escala ya no es sólo deporte, es un evento en el que hay mucho dinero en juego. Los que los practican son la imagen de las grandes marcas, sus movimientos se escudriñan al detalle, se copian sus estilismos, se compran sus camisetas y se imitan sus gestos técnicos. El deportista es un ejemplo y esa presión social sobre sus hombros puede terminar destrozándole. Y así es como sucede que estos gigantes, con pies de barro, terminan por desgracia consumiéndose por ese sol que tanto calor les brindó y que durante su viaje les iluminó el sendero. Hasta que la luz se extinguió y la cercanía con la estrella les hizo descender sin paracaídas que mitigase la caída.

Hay redención pero no arrepentimiento para estos campeones, que ven en sus errores también los motivos que les han llevado al momento presente. Así, al menos, lo enfoca Iverson: ¿Volvería a cambiar algo? No. Mi carrera fue hacia arriba, y hacia abajo. Cometí un montón de errores, un montón de cosas de las que no estoy orgulloso". Gigantes caídos pero que, aunque ya volviendo a pisar tierra firme, seguirán brillando.

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