lunes, 25 de noviembre de 2013

Fair Play, mi artículo del Dxt

Hola a todos!

Os dejo mi artículo de este lunes en el Dxt. Espero que os guste.

Feliz Lunes!!



Fair Play
Los encuentros amistosos, esos partidos donde parece que los equipos ponen una marcha menos, reservan fuerzas y regates y la importancia de las victorias y las derrotas se desdibuja. Cumpliendo a la perfección aquel lema de “lo importante no es ganar sino competir”, que decía el Baron  Coubertin. Pero en ocasiones, llegan las sorpresas a este tipo de duelos.

El lugar: El Soccer City, testigo de la gesta del equipo de Del Bosque en el Mundial de 2010. Los rivales: la selección española y la sudafricana. El guión: previsiblemente un encuentro plano de los jugadores nacionales, más preocupados por evitar daños colaterales que por hacer un buen papel en un amistoso, asignatura pendiente del combinado, ante la selección número 61 del ranking.

Y España cumple el libreto con creces y recibe un gol en contra para delirio de un estadio donde vuelven a atronar las vuvuzelas. Entonces la lesión de Valdés complica la trama y la Selección, con los seis cambios realizados ya, se encuentra en una encrucijada. El árbitro William Koto permite realizar un nuevo trueque para estupefacción del técnico sudafricano Gordon Igesund. Y entonces emerge con fuerza, con la determinación de estar en posesión de la verdad, clara y nítida la expresión “Fair Play”. Juego Limpio piden los españoles sin saber el mal uso que están haciendo de la frase.

“Un comportamiento correcto y leal hacia el contrincante, árbitro, asistentes (…) Juego Limpio no es sólo ganar, sino aceptar perder. Jugar sin hacer ningún tipo de trampa” No lo digo yo, lo dice la enciclopedia. Sin saberlo, los que pedían “Fair Play” estaban yendo contra la esencia misma de la propia expresión: el no respeto a la norma.  A nadie le gusta que le tilden de tramposo, pero sin duda los jugadores españoles lo fueron. Luego se maquilló  apelando al carácter amistoso de la contienda, a la deportividad…

Puede que para la Selección fuese un compromiso festivo, con agradables evocaciones al pasado, pero al trencilla actuar en supuesto nombre del “Fair Play” le puede costar dejar de ser colegiado FIFA. Quizá la historia sea más grave de lo que parece. Un deporte tan mediático como el fútbol y que cuenta con millones de seguidores, debe de intentar ser ejemplo, como todos, de un comportamiento ejemplar por parte de los implicados en el mismo, otras de las exigencias que pide el Juego Limpio.

El total cumplimiento de las normas en cualquier disciplina deportiva es innegociable, las reglas no se modifican según gusto. ¿Se podría bajar el aro de baloncesto de 3,05 a 2,05 para los que no medimos 1,90 pudiésemos cumplir nuestro sueño de hacer un mate? ¿Y acercar un poco la línea de triple, que 6,75 es mucha distancia? Parecen inconcebibles este tipo de suplicas y no dejan de ser lo mismo que pasó en Sudáfrica: saltarse a la torera el reglamento. ¿Qué habría pasado si hubiese sido al revés? ¿Habríamos sido tan indulgentes? Ojalá que al menos la próxima vez que pidamos “Fair Play” sepamos de lo que estamos hablando. Para que, al margen de hacer trampas, no hagamos el ridículo demostrando nuestra ignorancia.

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