Hola a todos!
Estrenamos semana y mes y recuperamos pulsaciones tras el intento del Valencia de un nuevo caso Rivaldo. Os dejo mi artículo en Dxtcampeón sobre el final feliz de la oferta del conjunto ché a Pedro Mosquera, que finalmente sigue en el Deportivo.
Corazón blanquiazul
La mitad de la semana arrancaba
en Coruña como epicentro de un terremoto que agitaba las bases del proyecto
blanquiazul: el interés real y latente del todopoderoso Valencia en Pedro
Mosquera, uno de los máximos recuperadores de la Liga y director de juego por
excelencia del Deportivo. El jugador coruñés, asentado y feliz en la ciudad
herculina, respetado y muy querido por la afición, y uno de los hombre clave en
el proyecto de Víctor Sánchez del Amo, era tentado por los cantos de sirena
levantinos.
Curioso que Gary Neville, que
hablaba hacía apenas diez días de la “pérdida de tiempo” que suponía el mercado
de invierno, abriese ahora los brazos para que el mediocentro recalase en el
conjunto ché, un nuevo caso Rivaldo,
un misíl a la línea de flotación de la nave deportivista, sin apenas margen de maniobra. El corazón de
la afición se paraba y el Twitter compartía entre otros hashtags el apellido del mediocentro coruñés. Una oferta
desorbitada del Valencia, un contrato de larga duración seguido de muchos
ceros, imposible de igualar por parte del Deportivo.
A priori, parecía una causa
perdida. A pesar de que el futbolista había manifestado en muchas ocasiones lo
cómodo que estaba en “casiña”, era innegable reconocer la tentación de una
oportunidad así para un jugador de 27 años, revalorizado ya en si etapa en el
Elche y que había acabado de explotar en el que había sido su club de la
infancia. Una elección complicada la del centrocampista: ser un pez grande en
un estanque, ser un pez pequeño en el Océano. El corazón y la cabeza
enfrentados y, mientras tanto, la parroquia blanquiazul conteniendo la
respiración.
En este tipo de cuestiones, la
lógica o lo previsible no siempre se cumplen y, pese a todos los
condicionantes, por encima de números mareantes y representantes con ganas de liar
e intereses claros en el conjunto de Peter Lim, Mosquera ha demostrado su
compromiso. Aún cuando el Deportivo ha prometido subir su cláusula (de los
actuales 4 millones a una cifra cercana a los 15) y mejorar sus condiciones contractuales, el
futbolista perderá dinero en el club deportivista, con respecto a lo que
ganaría en el Valencia.
Pero, ¿será que no todo en la
vida es el vil metal? Puede que sentirse querido, jugando en el equipo que lo
vio nacer, con galones, con un proyecto de futuro, secundado por otros
jugadores que acuñan ahora el “Orgullo Koruño” como Lucas Pérez o Álex
Bergantiños, valga más que el dinero del fútbol moderno. Nunca sabremos cuáles
fueron los verdaderos motivos que decantaron la balanza favor del Deportivo, pero
este hecho es todo un aviso a navegantes para el próximo club que venga con la
billetera llena creyendo que el dinero todo lo compra, incluso los
sentimientos. Lo que sí sabemos ya es que el corazón de Mosquera es
blanquiazul.
Feliz lunes!!
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