Hola a todos!
Os dejo mis últimos artículos en Dxtcampeón, El primero de la semana pasada Siempre suma, sobre el valor intangible del deporte.
Siempre suma
El deporte siempre le da más a una ciudad. Lo vimos este fin de semana en Coruña con la celebración de la Copa del Rey. Las aficiones llenando las calles de colorido, transeúntes paseando orgullosos con sus bufandas, bares donde se seguían partidos de baloncesto, pantallas gigantes para todos aquellos que no tenían su abono. Todos los coruñeses sonreíamos al ver que este córner del Atlántico era situado en el mapa cada día en los diferentes medios de comunicación. Imposible no sentirse orgulloso de ver en todas partes el nombre de la ciudad asociado a un deporte tan noble.
El Coliseum engalanado para la ocasión, lleno y vibrando, enmudeciendo con el "Miudiño" del Obradoiro, en pie para el homenaje a Quino Salvo, emocionándose con la pedida de mano en la cancha y viviendo una gran noche con la final del Madrid ante el Gran Canaria. El deporte también son esas carreras populares que recorren los barrios, así como las grandes citas como la Maratón y la Media. Competiciones en las que es más importante todo lo que suma y ofrece a la urbe que el coste que tiene. No obstante, cada vez es más común que los gobiernos municipales terminen por ceder su organización a entidades privadas o federaciones alegando su alta cuantía.
Pasa en maratones como el de Madrid o Sevilla, este año con récord de 13.000 corredores, que caen en manos de empresas más preocupadas en ocasiones en el merchandising y en hacer caja que en los corredores. Cuotas altas para competir y cierta brecha en los precios para buscar una mayor profesionalización. Es cierto que las actividades deportivas tienen un alto precio pero sin duda siempre suman y en eso tienen que pensar siempre los ayuntamientos, más allá de que éstas tengan un coste.
Favorecen hábitos de vida saludables, combaten la obesidad, crean un clima distinto en la ciudad, repercuten a la larga en disminuir el gasto sanitario, ya que mejoran la vida de los que lo practican, dan fama a la urbe a la que se le conoce por sus eventos...
Proteger y salvaguardar el deporte es fundamental en el contexto de una sociedad actual marcada por el sedentarismo, que empieza ya en la infancia. Argumentar que el precio de estas competiciones no es proporcional a lo que se recoge es olvidar que de esos brotes plantados saldrá la cosecha del futuro. Y es responsabilidad de todos, instituciones, deportistas y aficionados no permitir que se olvide que, pese a quién le pese y por encima de excusas, el deporte siempre suma.
Mi artículo de esta semana, "¿De quién es la culpa? sobre el batacazo del Madrid ante el Atlético.
¿De quién es la
culpa?
Llegó el día, y el Madrid hincó
la rodilla. Fue un verdugo habitual de los blancos en la Liga, el Atlético, que
ha tomado la medida a los merengues. El efecto Zidane se ha diluido, una
efervescencia con la misma consistencia que la de las burbujas de gaseosa. El
experimento parece haberle salido rana a Florentino Pérez. Era muy sencillo
dirigir los pitos a Rafa Benítez, ninguneado por futbolistas, cierto sector de
la prensa e incluso por el propio presidente.
Con la destitución del ex del
Liverpool y la llegada de Zizou, impecable en traje, serio en el gesto,
elegante en las formas (incluso cuando rajaba de su antecesor) y venerado por
los jugadores, todo hacía presagiar la llegada de la calma a la casa blanca.
Nada más lejos de realidad. Después de ir salvando los muebles con un
calendario más o menos benévolo para sus intereses, y un rival en Champions que
ha conocido mejores épocas, llegó la prueba de fuego para el Madrid.
Y el algodón no engaña. El Cholo
Simeone le ganó la partida en la pizarra y sobre el césped a Zidane. Derrota
que pone, aún más si cabe, prácticamente imposible lucha por la Liga. El
público, soberano, tenía claro hacia dónde dirigir su dedo acusador. El palco,
con Florentino a la cabeza, tuvo que soportar la atronadora pitada y
correspondiente pañolada. Ni siquiera el himno del Madrid reventando los
altavoces del Bernabéu pudo obviarlo.
Cuando Rafa Benítez ocupaba el
banquillo blanco era fácil para el presidente merengue parapetarse detrás de éste,
obligado a soportar los pitos e iras de la afición. La situación con la llegada
del técnico galo ha dado un vuelco. Los hinchas no se ensañan con el preparador
francés, uno de los mitos del madridismo galáctico, y es Florentino el que
tiene que capear el temporal ahora que pintan bastos.
Las redes sociales, altavoces de
loas y escarnios, se han llenado de hashtags hablando del #defectoZidane y
rescatando cual “Maldita Hemeroteca” tuits de periodistas afines al conjunto
blanco predestinando días gloriosos con Zidane. Todos ellos ahora se desdicen,
o al menos, matizan sus palabras. Otros, directamente dan la vuelta a la
tortilla. Sea como fuere, el caso es que el hechizo sobre el cual el galo tenía
anestesiada a la opinión pública se ha esfumado y en su lugar queda ahora un
poso de duda.
Sin querer responsabilizar de
todo lo ocurrido a Zidane, lo que también está claro es que no todos los males
eran culpa de Benítez. Revertir la situación parece depender, sobre todo, de
los protagonistas sobre el verde. Una constelación de estrellas que no brillan
y cuyo astro más rutilante dio donde más dolía en una rueda de prensa donde su
sinceridad debió de escocer a más de uno. ¿De quién es la culpa? A Florentino
se le acaban las cabezas de turco, ¿será la próxima la suya?
Feliz lunes!!
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