Hola a todos!
Os dejo mi artículo de este lunes "Dando ejemplo" en Dxtcampeón, en el que reflexiono sobre la responsabilidad de los deportistas cuando compiten y la influencia que tiene su comportamiento sobre los niños. También aprovecho para dar mi opinión sobre la tangana y posteriores reacciones que se produjeron en el encuentro entre Básquet Coruña y Melilla. No hay culpa sin dos, y sin duda ambos jugadores reaccionaron mal en un momento del partido en el que estaba "todo el pescado vendido".
Por otra parte, considero que también es responsabilidad de nosotros, los periodistas, el modo en el que tratamos la información, no convirtiéndola en arma arrojadiza, ni aprovechándola para hablar mal del rival.
Dando ejemplo
Los deportistas, en ocasiones, no
son conscientes de que cada gesto que hacen, cada celebración de un tanto, cada
declaración, la forma en la que tratan al rival…todo ello constituye un ejemplo
para los niños. Bien sea en el campo o a través de la televisión, son muchos
los que ven partidos de fútbol, de baloncesto…Es verdad que el primero sigue
siendo el deporte “rey” en cuanto a difusión y a interés mediático, y por ese
mismo motivo todo lo que le rodea se amplifica.
Son tan malas las acciones duras
o faltas, como la de Pau López contra Messi en el derbi, como las provocaciones
de un Luis Suárez con la boca muy grande o las de un Piqué irrespetuoso, que
parece apuntar cada semana la perla con la que copar páginas de periódicos y
evitar que se hable así de sus pifiadas en el campo. Pero también son igual de
perniciosas y dan mal ejemplo de elegancia las palabras de muchos jugadores del
Madrid, que con Benítez ya fuera del club, se envalentonan ahora en criticar a
su técnico. El señorío es un concepto caduco desde hace muchos años en la casa
blanca.
Menos habituales, por fortuna,
suelen ser este tipo de trifulcas en el baloncesto. Lo que ocurre es que,
cuando pasan, siempre nos enteramos. Todo el mundo recuerda, por desgracia, los
bochornosos incidentes en el encuentro entre Grecia y Serbia en 2010, con silla
incluida. Repetida hasta la saciedad la imagen, el baloncesto parece sólo tener
cabida cuando ocurren este tipo de hechos. Llevo 15 años practicando este
deporte, he visto y vivido muchísimos partidos y puedo asegurar, sin lugar a
duda, de que se trata de casos extraordinarios.
El desprecio con el que los
jugadores de Primera tratan en ocasiones a los árbitros sería impensable en ACB
y ya no digamos en otras categorías. En baloncesto no es recomendable increpar
así a un trencilla, ni siquiera un entrenador, porque el resultado siempre es
una amonestación, que va desde la técnica hasta la descalificante. El criterio
me parece el adecuado y echo de menos más mano dura en el fútbol, mejor nos
iría.
Pero en un deporte tan vibrante
como el baloncesto, en el que la adrenalina no descansa en los 40 minutos y las
pulsaciones se disparan, a veces nos pasamos de revoluciones. Lo ocurrido en el
último partido entre Básquet Coruña y Melilla, que deslució un increíble partido
de los jugadores de Tito Díaz, es un ejemplo de lo que no puede pasar en una
cancha. Independientemente de que después los principales implicados se
disculparon en las redes sociales e incluso compartieran imágenes de una cena
de confraternización, el hecho es que es tarea de ellos dar otra imagen del
baloncesto. No sólo por responsabilidad, ni porque sean profesionales, sino
también para evitar que lo único que se resalte en los medios (tanto offline
como online) sea el incidente.
Y nosotros los periodistas
considero que también hemos de dar ejemplo no usando ese hecho para atacar al
rival, ni para sacar tajada de una situación muy desagradable y que nada tiene
que ver con un deporte noble como el baloncesto. Porque, aunque a veces creo
que lo olvidamos, también es nuestra responsabilidad convertir un hecho aislado
en un partido en noticia de gran calado, por encima de lo meramente deportivo.
Demos nosotros también ejemplo y tengamos cuidado en cómo tratamos la
información.
Feliz lunes!
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