Hola a todos y feliz año 2016!
Os dejo mi artículo de esta semana, el primera del nuevo año, titulado "Castigado sin jugar".
Castigado sin jugar
Una máxima que repiten muchos
padres cada fin de semana cuando consideran que sus hijos se han portado mal.
Un problema para sus entrenadores y compañeros que se ven privados de un
jugador más porque sus progenitores deciden convertir un tema personal en una
controversia colectiva. Los padres son muchas veces conscientes del perjuicio
que crean tanto a su hijo como al equipo, pero anteponen sus deseos personales
al bien común, ya que consideran que con este tipo de castigo lo están
educando, y eso está por encima de todo lo demás.
El problema es que con esa
actitud, egoísta, acaban por perjudicar, no sólo a su propio hijo (al que no
ayudan en absoluto) sino a la escuadra de la que forma parte. Hay ciertas
categorías de formación que exigen un número de participantes para que el
partido no se impugne por alineación indebida. Es decir, si los padres deciden
castigar a su hijo y eso hace que sus compañeros no sean el máximo exigido de
jugadores, éstos han perdido ya la contienda antes incluso de empezarla.
Está claro que los niños pueden
ser castigados, y que es tarea de los padres educarles, pero no creo que el
camino sea eximirlos de una responsabilidad que tienen contraída, en cierto
modo, con un equipo. Fallar a sus compañeros, a su entrenador e incluso al
propio espíritu deportivo es incluso peor, para mí, que lo que el chaval haya
podido hacer que tanto enfadó a sus padres. Cuando los escucho, no es la
primera vez ni será la última, con sus pobres argumentos sobre por qué castigan
a su hijo sin jugar me pregunto si no será que a ellos no les apetece pasar la
tarde en un campo de fútbol o en un pabellón.
Me pregunto porque el castigo no
tiene que ver con otro tipo de cuestiones, mucho más perjudiciales que el
deporte, como el exceso en el uso del móvil o de Internet, que nos hace cada
día personas más alienadas. A lo mejor el efecto era más educativo, aunque eso
supusiese que los padres acabasen calados hasta los huesos mientras su retoño
disfruta bajo la lluvia de algo que le gusta hacer junto al resto de sus
compañeros.
Sea como fuere, la dinámica se
repite cada fin de semana, aunque también encontramos variantes los días
lectivos, con niños de primaria que no pueden ir a entrenar una hora porque
tienen exámenes o a los que sus padres castigan sin sus sesiones de trabajo por
las notas. Siempre hay tiempo para ambas cosas, estudio y deporte, y está
demostrado que los alumnos con mejores calificaciones suelen practicarlo. No se
trata de que sean profesionales, sino de que combinen hábitos de vida
saludables con sus obligaciones. Si no, los padres verán cómo sus hijos caen en
su propia trampa y ante responsabilidades o tareas empezarán a poner excusas
sin importarles si sus acciones condicionan al resto. ¿Será que la primera
piedra del egoísmo la pusieron ellos cuando pronunciaron aquella frase:
“Castigado sin entrenar”?
Feliz lunes!!
Hola Zeltia, soy una alumna de Publicidad y RRPP. Podrías seguirme en twitter para así poder enviarte un MD con algunas preguntas sobre tu carrera y sus salidas? Mi twitter es @Noeliafontecoba
ResponderEliminarMuchísimas gracias!
Hola Zeltia, soy una alumna de Publicidad y RRPP. Podrías seguirme en twitter para poder enviarte un MD con preguntas sobre tu carrera y sus salidas? Me servirías de ayuda. Mi twitter es @Noeliafontecoba
ResponderEliminarMuchísimas gracias
Claro Noelia, ahora mismo nos ponemos en contacto ;) Gracias por tus palabras
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