Os dejo mi artículo de esta semana en Dxtcampeón sobre la carta abierta de la selección española de fútbol femenina y la controversia que han traído sus relevaciones.
Fin de ciclo
Es una de las expresiones más repetidas por las jugadoras de la selección española de fútbol, tanto en sus comparecencias como en la carta abierta suscrita por las 23 componentes del combinado nacional. Un equipo lleno de sueños, capitaneado por la santiaguesa Vero Boquete, y que hizo las maletas antes de tiempo regresando del Mundial de Canadá con un solo punto y cuentas pendientes con el seleccionador Ignacio Quereda.
Un técnico que, pese a la contundente misiva de sus pupilas quejándose de una nula preparación, mal scouting de las rivales y trabajo previo, no se plantea dimitir. 27 años en el cargo, los mismos que Ángel María Villar, Quereda asumía gran parte de las culpas, descargando de tal lastre a la Federación, pero también aprovechaba para lanzar algún que otro dardo envenedado.
“El problema de la eliminación ha sido que no ha entrado la pelota. Si queremos echar balones fuera y buscar otra justificación, hacemos lo que queráis”. Puede que la pelotita no quisiese entrar porque Quereda se olvidó de nuevo de incluir en la convocatoria a la ariete vilagarciana del Valencia Mari Paz Vilas, que con 21 dianas se quedó a un tanto de las pichichis de la Liga, Adriana Martín (Levante) y Sonia Bermúdez (Barcelona).
“Si volviera a hacer la planificación sería la misma”. Dos amistosos que supuestamente se cayeron a última hora (Rumanía y Bulgaria), el último más de un mes antes del Mundial, aterrizaje en Canadá a cuatro días de iniciar la competición con su consecuente falta de aclimatación… Pero nada de ello le quita el sueño a Quereda, apoltronado como otros muchos como él que, una vez agarrados al cargo y con el beneplácito del que manda, se dedican a hacer y deshacer a su antojo sabiendo que nada ni nadie les quitará el puesto.
Pero el valiente gesto de las jugadoras, SÍ, valiente, porque también hacen ellas autocrítica pero denuncian una situación que callaron porque no querían contaminar la competición parece que sí podría comenzar a cambiar el ecosistema en el que personas como Quereda y otras afines a las Federaciones habitan.
Al menos hemos visto un seleccionador mostrando más emociones que las que nos enseñaba cuando dirigía los partidos desde la banda. Ante la pregunta de un periodista sobre su posible jubilación se revolvía como gato panza arriba. “Cuando los cumplas tú (los 65 años) lo haces (jubilarte). No es la tradición”, respondía enfadado. Las jugadoras ya han asegurado que irán “hasta el final” con el tema y que “queda mucho camino por recorrer y muchas puertas que abrir”. Auspiciadas en que es un “gran momento” para el fútbol femenino, consideran que es “responsabilidad de todos marcar el camino a seguir”.
La premisa última es “a dónde vamos y cómo lo hacemos”. La pelota, esa que no quiso entrar señor Quereda, está ahora en su tejado y en el del señor Villar. Y por mucho que en España el verbo dimitir siga sonando a chino alguien tendrá que asumir responsabilidades. ¿Fin de ciclo? Sí, del suyo.
Feliz miércoles!
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