lunes, 6 de abril de 2015

¿Y si nos cansamos de ganar? Mi artículo en @dxtcampeon

Buenas noches!

Os dejo mi artículo de esta demana en Dxtcampeón sobre los cantos apoteósicos de la caída en desgracia del deporte español.



¿Y si nos cansamos de ganar?

El deporte español está de capa caída dicen los grandes rotativos deportivos extranjeros y algunos patrios. Especialmente llamativo era un reportaje que dedicaba a este tema un programa “deportivo”, aunque sólo hable de fútbol, durante la sobremesa. La selección española de fútbol, la ‘Roja’ como la acuñó hace años un periódico, no levanta cabeza por muchos experimentos con gaseosa que haga Del Bosque. En la de baloncesto, todavía escuece el sonrojo de la participación en el Mundial celebrado en España, nuestro mayor medallista de la historia de los Juegos, David Cal, se baja antes de la última estación, Río 2016, Fernando Alonso no levanta cabeza en su nueva escudería, Rafa Nadal hinca la rodilla ante Verdasco y reconoce que mentalmente no está bien.

Grandilocuentes titulares. ¿Qué le pasa a España? Música de fondo de juicio final, imágenes que se superponen mostrando todas las caras de la derrota, aunque digan que el fracaso es huérfano y la victoria tiene muchos padres. Y hablan de una nueva hornada de deportistas que vienen a tomar el relevo, como contrapunto a glorias que parece que están en su ocaso. Hablan del patinador Javier Fernández, de Gómez Noya, más que contrastado su palmarés como para llamarlo promesa, y de otros nuevos nombres de los que sólo nos acordamos cuando ganan algo que no pueden tapar los hat trick de CR7.

Pero no hablan de lo que cuesta a cada deportista lograr las medallas y los títulos. Que se lo pregunten a Mireia Belmonte y su viaje en autobús de nueve horas de Eindhoven a Berlín para volver a España con un récord del mundo debajo del brazo. Tampoco de que el plusmarquista mundial de 50 mariposa, Rafael Muñoz, sigue a día de hoy sin percibir una Beca ADO. O las dudas de Castillejo tras lograr la mínima para el Mundial en el Maratón de Barcelona, ya que el desembolso en esta prueba hace que “hipoteques bastantes competiciones” según sus palabras.

Sí que hablan de nivel de exigencia, se pone el grito en el cielo si no se consigue lo que realmente se espera de ellos. ¿Y si se han cansado de ganar para que el aplauso se termine en cuanto levantan la copa? ¿Y si la cercanía y las facilidades que cacarean los responsables federativos desaparecen cuando terminan los flashes de las cámaras? ¿Y si sólo se pide y nunca se da? La soledad de los deportistas en el ciclo olímpico se contrapone al foco mediático que se cierne sobre ellos en los Juegos. Todo lo que no sea ganar es un fracaso, como si antes alguien se hubiese molestado en andar con ellos el camino.

Cada medalla, cada título que consiguen es una hazaña, no el cumplimiento de una exigencia autoimpuesta desde fuera por todos los que nos creemos con derecho a pedir resultados a los deportistas sin saber lo que cuestan. 

Feliz lunes!

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