Plena resaca de un derbi en el que se ha hablado mucho de extradeportivo y poco de fútbol, que lo hubo y mucho en Riazor este viernes. Amén de tres goles, se vio un centro de campo creativo, un Juan Domínguez pletórico, pese que alguno ya lo diesen por muerto, y un Don Juan Carlos Valerón que a sus 37 años (enarca la ceja Cristiano) sigue dando lecciones de fútbol y demostrando que no el que más corre juega mejor.
Señores, es una mera cuestión de búsqueda y generación de espacios, sólo corren los pollos sin cabeza (cuando correr es un sinsentido). También se habló de un cabezado inoportuno (y la astucia del que está curtido en mil batallas), de un futbolista que, como indicó muy bien J.L Cudeiro en su artículo para El País vivió su Día de Furia, y que después de ver este vídeo de Deportes Cuatro hubiera preferido un cabezazo antes de reconocerse tras esa indumentaria que le hacía pasar de todo menos desapercibido.
Se habló de carreras por la banda, de abrazos, de tifos, de altercados, que por desgracia los hubo en las inmediaciones del estadio, de que esa noche en Coruña se respiraba un optimismo al que no podrían frenar las incipientes nubes... Como las buenas resacas puede que a muchos les haya invadido un cierto dolor de cabeza, pero también esa sonrisilla al recordar aquella gran noche, cuando pareció que se hizo de día con la irrupción de la luz que trae consigo la esperanza.
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