jueves, 9 de junio de 2016

Sonrisa de campeona, mi artículo de esta semana en el Dxtcampeón


Hola a todos!

Con un poco de retraso, pero al fin disponible en mi blog mi artículo de la semana pasada en el Dxtcampeón "Sonrisa de campeona" sobre la victoria de Garbiñe Muguruza en Roland Garros.

Sonrisa de campeona

“Pronto tendrás este trofeo en tus manos”. En Wimbledon éstas fueron las palabras de Serena Williams ante una Garbille Muguruza que había puesto en aprietos en el primer set a la número uno Mundial. Premonitorio o no, aunque no sea el torneo londinense, Muguruza alzaba este fin de semana el trofeo de campeona ante una Serena que puede estar viendo a su futura sucesora.

Una tenista superlartiva, que ve el mundo desde su 1,82 de altura, rápida e intensa, que está incluso más cómoda en superficie dura o hierba que en arcilla. Garbiñe supo dominar desde el minuto 1 su partido en la Philippe Charter ante la estadounidense. Su punto definitivo, aplaudido por su propia rival, rozó suavemente la línea de fondo . “Pasó, no sabes cómo. De repente, yo había ganando el Roland Garros”.

Algo más de hora y media duró la pequeña de las Williams. Muguruza con un 7-5, 6-4 volvía a alzar el Roland Garros, huérfano de campeona española desde que lo ganase en París en 1998 Arantxa Sánchez Vicario. Las embestidas de Muguruza eran contrarrestadas por una Serena que conseguía siete aces, alguno rozando los 200 kilómetros por hora. La ganadora de 21 Grand Slam odia perder y lo dejaba claro. 

También mostraba desde el inicio sus cartas la hispanovenezolana, que atacaba desde el inicio para impedir a su contrincante pensar. Dieciocho golpes ganadores de Garbiñe que terminaban hiriendo de forma definitiva a Serena, que se quedaba sin el título número 22 de su carrera, privilegio que por ahora continúa ostentando Steffi Graf. Una Graf a la que Vicario había doblegado en 1989. Entonces la española tenía 18, Muguruza con 22 logró silenciar las arengas a Selena. Supo sobrellevar sus errores y controlar psicológicamente la situación.

El control mental fue fundamental para no hundirse ante los Come on a Selena. La diestra de la tenista de madre venezolana y padre español acabó desquiciando a la norteamericana, que al final no tuvo más opción que reconocer la derrota, mientras la sonrisa de la campeona iluminaba la pista central de Roland Garros, acostumbrado a escuchar el himno nacional de España. 

Una victoria con suspense, como si la bola ni supiese si quería entrar o no, el partido estaba an bonito que daba pena que se terminase. Pero la bola entraba. Estallido de felicidad de la española, que rompía a llorar, mientras Selena recordaba aquellas palabras premonitorias sobre las posibilidades de hincar la rodilla ante Muguruza. ¡Tenía razón!


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