Hola a todos!
Os dejo mi artículo de esta semana en Dxtcampeón, preguntándome cuándo romperá su mala racha el Deportivo.
¿Cuándo toca ganar?
Eso se pregunta la afición
blanquiazul, cansada un poco ya de ver como el Deportivo deja escapar puntos al
mismo ritmo que el manido colchón con los de debajo se desinfla. Ya se ha
perdido la opción de sumar de tres de todas las maneras: fallando lo
infallable, sufriendo un penalti en contra en el último minuto, el sábado
marcando en propia… En el momento en el que el calendario era propicio para
rascar algo más, el Dépor ha desperdiciado muchas oportunidades de dormir ya
tranquilo, con la permanencia en la mano, y mirando más hacia arriba que hacia
abajo.
Vértigo da pensar los compromisos
que le vienen encima a los hombres de Víctor Sánchez del Amo, que volvieron a
no saber cerrar el partido cuando más sencillo parecía. Sí se vieron ante el
Málaga signos de mejoría, sobre todo en cuanto a perseverancia del Deportivo a
la hora de remontar, dos veces, un marcador adverso. Pero los blanquiazules,
que presumían en la primera vuelta de ser un equipo rocoso, que casi no
concedía ocasiones, se muestran ahora mucho más endebles en defensa.
Ante el Málaga el peligro llegó
por balones aéreos, y se echó mucho de menos la altura del lesionado Sidnei,
cuya vuelta espera el Deportivo como agua de Mayo. No fue un día de
celebraciones pese a algunas buenas noticias: el gol 2.000 del club, que lo
marcó Fede Cartabia, o el tanto número quince de Lucas Pérez, que se resarció del
fallo anterior ante Kameni. Nada de eso compensa, al final, pues cuando los
hinchas ya se frotaban las manos con la primera victoria de 2016 llegaba de
nuevo la triste realidad.
Hincado de rodillas, Arribas no
se lo podía creer y en Riazor la afición se frotaba los ojos contrariada. Una
falta tonta cercana al área, un cabezazo mal medido, un gol en propia. De nuevo
el Deportivo se reencontraba con sus fantasmas. Difícil de explicar qué le
ocurre a los blanquiazules, a los que les volvieron a temblar las piernas con
el partido prácticamente amarrado.
Mientras los de abajo vienen
pisando fuerte, el Dépor, en tierra de nadie, revive los miedos pasados, es
inevitable pensar en la temporada pasada y en lo peligroso que resulta llegar a
las jornadas finales con urgencias, y en tendencia negativa. Urge cuanto antes
un triunfo que afiance la confianza de un grupo al que este segunda tramo se le
está atragantando. La buena primera vuelta no salvará al Deportivo, y seguir
repitiendo que hay colchón es negar que hay un problema, que tiene solución,
pero a todas luces un problema. Mientras, los aficionados seguimos
preguntándonos, ¿cuánto toca ganar?
Feliz lunes!
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