lunes, 10 de noviembre de 2014

Árbitros, mi artículo en @dxtcampeon

Hola a todos!

Os dejo mi artículo de esta semana sobre la difícil pero indisoluble relación entre árbitros y jugadores, independientemente del deporte, siguen estando condenados a entenderse.

Espero que os guste.



Árbitros

Complicada labor la de los colegiados de los diferentes deportes. Suyas son las obligaciones de mantener la limpieza en el juego, sancionar los malos comportamientos, impartir justicia, decidir en décimas de segundo que a veces pueden llegar a inclinar la balanza para un lado o para otro. Difícil no errar, imposible a no ser que no fuesen humanos. Y lo son, como todos los jugadores, que también cometen errores.

Hierve muchas veces demasiado la sangre durante los partidos, no es sencillo controlar la adrenalina, no es fácil pensar antes de actuar cuando las pulsaciones son altas. De un lado y de otro, jugador o trencilla, están condenados a entenderse. Pese que la relación sea complicada en ocasiones. No siempre se comparten las decisiones arbitrales, en ocasiones los jugadores tienen que morderse la lengua ante lo que consideran que es una injusticia.

Otras veces son los árbitros los que tienen que contar hasta tres. No es sencillo estar en ninguno de los dos lados y a veces ambas partes se olvidan de ello y no transigen todo lo que deberían. La empatía, el ponerse en el lugar del otro, debería ser algo más común en las canchas, en los campos de fútbol, en las pistas de hockey…Pero en lugar de eso, los reproches sustituyen a las buenas palabras. Que no terminan en el campo de juego, se hacen extensibles a las gradas, donde rugen los seguidores. Niveles de frustración que caen sobre árbitros, jugadores o hasta entrenadores.

Complicado gestionar las emociones, necesario para que el deporte continúe siendo eso, deporte. Importante que los árbitros olviden sus rencillas personales con los jugadores, los señalen, los condenen, no se den cuenta de en qué contexto dicen lo que dicen, pierdan su empatía y sus papeles. Fundamental que los jugadores valoren la labor que desarrollan los árbitros, que faciliten su trabajo compitiendo de forma deportiva y sin trampas.

Árbitros y jugadores son parte fundamental del juego, pieza clave en el deporte, no se entienden los unos sin los otros y las dos partes en el fondo lo saben. Obligados a entenderse, aunque a veces les cueste, ambos tienen que ceder para que el deporte siga siendo lo que es, puro divertimento y hábito de vida saludable. Si ambas partes son capaces de dejar de lado lo que les separa y luchar por lo que les une dejaremos de hablar tanto de decisiones arbitrales, de fallos, del tan manido “me tiene manía” y comenzaremos a hacerlo más sobre lo que de verdad importa: el deporte en sí mismo. 

Feliz lunes!

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