Os dejo mi artículo de hoy en el Dxtcampeón sobre el ascenso este sábado del Deportivo a Primera.
Feliz lunes!
Me rindo
Ante un equipo que ha conseguido superar todas las adversidades, construido a partir de 15 futbolistas, número con el que se encontró Fernando Vázquez en agosto y que supo sobreponerse a las bajas de pesos pesados como Culio o Salomao, al margen de la pérdida que supuso la marcha de Juan Carlos Valerón, corazón del deportivismo de la última era.
Me rindo ante unos jugadores que apretaron los dientes antes los problemas, que no dejaron de sumar de tres en tres aún cuando fuera del campo se libraba la más fuerte de las ciclogénesis. El 31 de julio vino la primera y más virulenta, y sin embargo y pese a la precaria situación económica del club, ésta nunca ha marcado la hoja de ruta de los blanquiazules.
Me rindo ante Fernando Vázquez, que supo devolver la esperanza y alegría a una afición, a un club y a unos jugadores desmoralizados, que no pudo conseguir el objetivo en su primer año, pero que ha cumplido su promesa, trayendo de nuevo al equipo a Primera División. Gracias míster por devolvernos lo que jamás debieron de quitarnos: la ilusión.
Me rindo ante la mejor afición de España, no lo digo sólo yo, lo dice la Liga de Fútbol Profesional en colaboración con Aficiones Unidas, que ha levantado al Deportivo cuando más lo necesitaba, que lo ha acompañado en los malos momentos y en los buenos, que se ha movido para que la marea blanquiazul recorriese cada rincón no sólo de Galicia, sino del mundo entero. Una ciudad donde nadie es forastero y que algo tiene que tener, los que vivimos en ella sabemos qué es, para que el sábado en las gradas de Riazor estuviesen exjugadores del Deportivo como Zé Castro, Turu Flores o Donato; o Culio el propio Salomao, Teles o Rudy viviendo el ascenso sobre el césped.
Me rindo ante Carlos Marchena, que forma parte ya por méritos propios de la historia del Deportivo. Su profesionalidad, su carácter ganador y su humildad le honran. Todo un campeón del Mundo metiendo “el gol más importante” de su carrera. Un Mariscal de la zaga blanquiazul que juega donde es “feliz” y que ha sabido lidiar con lesiones y momentos de menos protagonismo, en los que le hemos visto como un entrenador más dando instrucciones en la banda. La sintonía con Vázquez no ha sido la deseada, pero Marchena ha demostrado que por encima de todo está el fútbol. Gracias maestro.
Me rindo ante un equipo que se crece ante las adversidades, que vuelve a ser conocido como el “ascensor”, aunque esperemos que por poco tiempo, que ha demostrado que querer es poder y que el año que viene estará de nuevo en la élite del fútbol español. Un Deportivo que nos ha hecho reír y llorar a partes iguales, pero es que, “ser de los que ganan es muy fácil”.
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