Os dejo mi artículo de esta semana sobre Martín Fiz y su documental, que tuve la oportunidad de visionar en la pasada Exporunning de Coruña42.
Maratón Fiz
“Hay gente que no sabe para qué ha nacido, yo he tenido
suerte, sé que he nacido para correr” (Martín Fiz)
Fundido a negro, que la sala
enmudezca y durante unos segundos el tiempo se detenga. Pasado ese instante, en
el que parece que todo se congela, el respetable rompe a aplaudir durante
varios minutos. Se encienden las luces y en el centro de la tarima la menuda
figura de Martín Fiz, que sonriente agradece la ovación. Con motivo de la
Exporunning previa a Coruña42, la Maratón Atlántica, se proyectó de forma
gratuita en el Palexco el documental “Fiz, puro maratón” de Rodrigo Moro, un
recogido por la vida del campeón del mundo vitoriano, desde sus humildes
inicios, pasando por su consolidación como atleta y su actual vida, lejos de la
alta competición, pero muy cerca del corredor popular.
Las imágenes de sus gestas,
acompañadas de una potente banda sonora y con sus palabras describiendo cada
uno de los momentos que ha vivido constituyen uno de los puntos fuertes de la
película, que nos tiene reservado un impactante zenit. Entremedias la vida
humilde de Fiz en Vitoria, sus orígenes en el cross, su paso a la pista y su
salto definitivo al Maratón. Su título del mundo, la decepción en Atlanta, el
segundo puesto en el Mundial de Atenas por detrás de un Abel Antón que le atacó
en los últimos kilómetros, marca de la casa del corredor soriano, desoyendo las
órdenes del seleccionador nacional. Recuerda este episodio Fiz, pero no se
atisba ningún signo de rencor cuando lo cuenta, asume que ese día y en esa
competición en concreto, “cada uno jugó su táctica”.
Poco más de una hora de cinta que
remueve por dentro por su humildad, por el planteamiento tan cercano con el
espectador y porque, y en mi opinión eso constituye una de las claves de la misma, no importa si eres
o no aficionado al atletismo, el documental no te deja indiferente. Casi se
puede sentir el esfuerzo del maratoniano de Vitoria en cada carrera, su cansancio,
su alegría o tristeza traspasan la pantalla. Y emociona ver cómo durante el
propio documental es justamente su protagonista al que se le humedecen los ojos
cuando lo cuenta. El mismo que ahora, cuando de nuevo ha vuelto la luz,
comparece en medio de la tarima del auditorio de la Gaviota, y tiene un brillo
especial en sus ojos, propio de la emoción que reconoce que le sigue
produciendo visionar la película.
La historia de una persona
sencilla, de un atleta que forjó su carrera a base de trabajo, esfuerzo y
sacrificio y que, en una parte del documental, pronuncia una frase que resume
ese espíritu de superación que le llevó a conseguir el cetro mundial: “Fui
campeón del mundo porque antes fui repartidor de huevos y de pasteles”. Él
mismo reconocía cuando después tuve la oportunidad de intercambiar unos minutos
con él que cuantas más trabas te ponía la vida, cuanto más complicado era conseguir
lo que deseabas o cuando parecía algo inaccesible, más opciones tenías de
lograrlo, porque pondrías todas tus ganas y tu fuerza para conseguirlo.
“Nací para correr y sin correr no
soy nadie”, afirmaba Fiz, mientras sonreía, sabedor de que en su vida había
podido hacer aquello que realmente amaba y le llenaba por completo. Él sabe que
fue y es muy afortunado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario