Hola a todos!
Os dejo mi artículo de esta semana sobre la inclusión de Sofía Toro en el equipo olímpico en la clase 470. Espero que os guste.
Feliz lunes!
Rumbo firme
Los comienzos siempre son
difíciles. Empezar de cero asusta: una página en blanco que rellenar con prosa
ingeniosa, un nuevo año que mejore el pretérito…A Sofía Toro le tocó cambiar de
clase. La regatista coruñesa, que había ganado en Match Race Campeonato de
Europa, Mundial y Juegos Olímpicos, se vio obligada junto a sus compañeras de
hazaña, Ángela Pumariega y Tamara Echegoyen, a reinventarse. Una pifia
internacional de la Federación Española, que votó por la inclusión del kitesurf
condenaba tanto al windsurf abanderado por Marina Alabau como a la clase defendida
por el Xiquitasteam.
Ante las adversidades uno puede derrumbarse o continuar hacia adelante, si cabe con más fuerza. Esa fue la elección de la regatista herculina: el espectáculo debía continuar. Nueva clase, 470, nueva compañera, Laura Sarasola y el reto de subirse por primera vez a una embarcación que le era ajena. Sofía fijó su centro de operaciones en Vilagarcía de Arousa y se puso manos a la obra. Pese al alto nivel internacional y a que era su debut, tanto Toro como Sarasola ya han sido incluidas en el equipo olímpico que estará en Río 2016.
Trabajo y esfuerzo, ecuación mágica de la que vienen de la mano muchas veces los triunfos, ha sido el secreto de la coruñesa para en tan sólo un año demostrar su capacidad de aclimatación y su talento en 470. También tienen opciones sus antiguas compañeras de triunfos, Echegoyen en 49er Femenino y Pumariega en la misma clase que Sofía. Queda ahora el camino más difícil, el de conseguir el billete para los Juegos. Un periplo que ya vivió y superó la regatista con nota en Match Race y que de nuevo se prevé complicado, sobre todo por las dificultades que entraña la clase.
Nada parece amilanar a Sofía, dispuesta a demostrar que los campeones están hechos del material con el que se tejen los sueños. Después de que los focos se centrasen en su gesta y abandonasen momentáneamente las banalidades con las que nos torturan diariamente, el paso de los meses ha vuelto desmemoriados a los que antes cantaban sus hazañas, como si siempre hubiesen apoyado sus pasos, como si entendiesen las horas de entrenamiento y sacrificios que había tenido que soportar.
Sólo Sofía sabe lo que ha luchado, lo que ha peleado cada triunfo y a lo que ha tenido que renunciar para llegar a donde ha llegado. Lo maravilloso es que parece que es sólo el principio y que en Match Race únicamente escribió una parte de la brillante carrera deportiva que ya está protagonizando. Y mientras pelea por volver a estar en los Juegos Olímpicos, la regatista oriunda de Cambre aún tiene tiempo para formar parte del Proyecto Mujer y Deporte, una iniciativa del Consejo Superior de Deportes que quiere fomentar el deporte femenino y la participación de las mujeres en todos los ámbitos del mismo.
Es triste que a estas alturas sigamos necesitando de estos organismos para defender los derechos de las deportistas, cuando el deporte femenino ha demostrado ser tan prolífico como el masculino y con la mitad de ayudas. ¿Qué pasaría si realmente apostásemos por ellas? Mientras nos quitamos la venda y comprendemos que la igualdad empieza por el mismo trato y oportunidades, Sofía Toro y otras campeonas como ella nos seguirán demostrando como su determinación marca sus metas y su corazón su rumbo firme.
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