lunes, 19 de agosto de 2013

De rutas ÑBA y cortinas de humo

Fin de semana intenso deportivamente éste que finaliza y con nombres propios como el de Márquez o Nadal, y equipos como Deportivo o para mi opinión, la mal llamada, ÑBA. Con todo lo que me gusta el baloncesto, no sólo por el espacio que le ocupo en el blog, sino como deporte, hobby y fuente de satisfacciones a nivel personal, el paso de la selección española, al margen de su indudable calidad, me dejó con dudas. 

El rival es cierto que era claramente inferior, pero sobre el parquet se vio más trote que rapidez, por momentos juego ramplón y un excesivo abuso del bote. Es verdad que la calidad del combinado que "dirige" Orenga está fuera de toda duda y allí estuvieron Llull, Marc o el propio Ricky (que en la anterior visita A Coruña fue el gran ausente). Pero creo que, al margen del discurso oficial del seleccionador alegando que España no es el combinado favorito y más excusas, daba la sensación el sábado de que se ganaba sólo con la camiseta. Y los que jugamos a esto y a cualquier deporte en general sabemos que hay que sudarla, porque hasta que suena la bocina hay partido. Que se lo pregunten a Teodosic y a Garbajosa.

Al margen del encuentro, está toda la maquinaria que lo rodea (necesario y entendible el marketing) y cómo se le llena la boca a la Federación pregonando esta mini gira a mayor gloria del que dirige el circo. El que cada lunes nos obsequia con su prosa y que nos dejó para el recuerdo los 15.000 euritos (min 1.18), amén de fotos con puro emulando a Saritísima y demás célebres momentos.

Lo que no se cuenta (o se intenta tapar) es que el plazo de LEB Plata ha tenido que ampliarse debido a la falta de inscripciones, un número paupérrimo de equipos para una categoría que año a año se ve desprestigiada. Tampoco que los conjuntos que consiguen el ascenso en la cancha (Burgos, Lucentum) se ven abocados a a tener que renunciar ante las desorbitadas cifras y condiciones que impone una Federación que mejor haría en convertir la ACB en una competición cerrada visto lo que pasa cada año: nadie sube y nadie baja.

Si nos vamos a los cimientos del baloncesto, ese que nace y crece en los polideportivos de clubes humildes, en los que algún día jugaron y tuvieron su primer contacto los chicos que ahora visten la elástica de la selección, nos encontramos con la férrea mano de una institución que aprieta cada año subiendo arbitrajes y encareciendo avales. Las instituciones públicas hace tiempo que han cerrado el grifo, la empresa privada no arriesga y al final pierden los clubes y por consiguiente sus jugadores. ¿Será el deporte al final para ricos?

Pero eso no se cuenta, como tampoco que las entradas para este partido al final sólo faltó lanzarlas desde un avión cual panfletos para poder darles salida, tal era la necesidad de llenar el recinto. Unas entradas eso sí, con los mismos precios que hace un año (porque ya sabemos todos que la vida no ha subido) y contra un rival (con todos mis respetos para Alemania) del nivel de Argentina.

Pero, ¿para qué hablar de lo que falla en el germen del baloncesto , cuando en la cúspide tenemos a una de las mejores generaciones de la historia?

Más circo y más pan.



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