domingo, 12 de mayo de 2013

Quien no llora no mama...

Partiendo de la base de que tirando por primera vez a puerta en el minuto 70 el Deportivo tenía complicado ganar en Zorilla, comienza, sino lo era ya, a ser difícil de justificar la cantidad de errores arbitrales que han perjudicado al conjunto de Fernando Vázquez. Un fuera de juego ayer, dos penalties la semana pasada, un árbitro que ha pitados ya en cuatro ocasiones, mientras otros aún no han dirigido a los blanquiazules...

Y en el otro lado, un equipo al que le han señalado una pena máxima a favor que no existía, que el pasado viernes ante el Levante le perdonaron uno (y éste sí que era) y que ni jugando con 9 es capaz de ganar. Y todo esto ante un rival sobre que el se ciñe la misma sombra de la sospecha que podría aplicarse al equipo de Manolo Jiménez. Un técnico que no hace mucho lloraba en rueda de prensa debido a las malas actuaciones arbitrales que sufrían sus pupilos, pero que en cuanto vio como la balanza se desequilibraba de su lado decidió que lo mejor era guardar silencio.

Está claro que el Deportivo está en la cuerda floja, que con casi total seguridad tendrá que hacer pleno de victorias para poder competir el año que viene en Primera, pero lo que es innegable es que de un tiempo a esta parte, y no creo que sea caer en la psicosis, están pasando cosas muy extrañas sobre todo a nivel de arbitrajes. Y todos sabemos que, si esto les hubiese pasado a los dos todopoderos los "culpables" más que en la nevera estarían en el congelador.

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