lunes, 19 de febrero de 2018

Ruptura, mi artículo en dxtcampeón

Hola a todos!

Regreso con los artículos al blog y os dejo el de esta semana, hablando sobre la actual situación tensa que se vive entre el Deportivo y su afición. ¿Estáis de acuerdo con ella? ¿Se agotará la paciencia de la grada?

Ruptura
Una de las imágenes más duras del partido del Deportivo ante el Alavés en Mendizorroza no fue ver cómo de nuevo perforaban la portería blanquiazul, una genialidad de Munir consentida por la pasmosa pasividad de hasta cuatro jugadores del Deportivo. 

La enseñó el canal GOL y mostraba a esos futbolistas dirigiéndose a donde estaban ubicados los 500 valientes que viajaron a Vitoria y que respondían los aplausos de los deportivistas con gritos contra de ellos y la directiva. Hartazgo de una hinchada, lógico y normal, ante una indolencia que duele. 

Cuando el Depor se vio en otra parecida, clasificatoriamente hablando, llegó un ‘tal Fernando Vázquez’ que, si bien no logró, por poco, la permanencia (llegó cuando quedaban 15 jornadas para que finalizase LaLiga) devolvió a algo que se había perdido: la comunión entre afición y equipo. Ésta estaba herida casi de muerte tras la llegada y posterior espantada de un Domingos Paciencia que fue visto y no visto en Riazor y al que todos recordamos por aquel infame partido ante el Granada.

El de Castrofeito consiguió que Deportivo y afición volviesen a darse la mano, algo fundamental en este tipo de circunstancias. No logró salvarse, pero consiguió el ascenso al año siguiente a una élite que no llegaría a catar como técnico blanquiazul. Una historia que ya conocemos y con la que empezó la máquina ‘tritura-entrenadores’ en la que se ha convertido el Deportivo. 

Una deriva que ha terminado con Clarence Seedorf como último ( o no) inquilino de un banquillo que quema. Tino Fernández dijo en su día que no les temblaría el pulso en cambiar al entrenador que hiciese falta para que el equipo compitiese bien y ‘abofé’ que no han dudado. Otra cosa es si han atinado o no con las designaciones y las destituciones. Empezando por la primera de ellas, con la que empezaron una serie de entradas y salidas de entrenadores que hacen pensar cuánto poder y culpa tienen un plantel al que nadie les vale para que los dirija. 

El sábado los dedos de los aficionados blanquiazules señalaban al campo pero también al palco. Lo decían en redes sociales, lo comentaban a viva voz al preguntarles y muchos de ellos describían esta situación como una ‘ruptura social’. Con el partido del Espanyol, otra final ( y van…) a la vuelta de esquina una se pregunta cómo lucirá Riazor, cómo recibirá la grada al Deportivo y qué cara van a mostrar los jugadores. Unos futbolistas que no dan síntoma de mejoría  y que, tras el gol albiazul, volvieron a bajar los brazos. 



Feliz lunes!

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