martes, 1 de noviembre de 2016

Flopping, mi artículo en dxtcampeon

Hola a todos!

Os dejo mi artículo de esta semana en Dxtcampeón sobre el flopping post-botellazo en el Camp-Nou. Y de paso os comento que, para mí, ayer el Valencia mereció quedarse con diez (Garay o Enzo Pérez) pero que llorar toda la semana les sirvió para algo :S

Flopping

En baloncesto hay término que acuña a todas esas acciones que tratan de simular un contacto inexistente por parte del defensor para obtener una falta por parte del atacante. El llamado flopping. Se ve en el deporte de la canasta y en el fútbol. Un ejemplo podría ser, remitiéndonos al día del botellazo en Mestalla, el hecho de que el impacto hiciese caer a hasta cuatro jugadores. Siendo la agresión un hecho destestable y que merece un castigo para su autor, lo es también que los jugadores del Barcelona simulasen que habían recibido el golpe, cuando solo impactó en Neymar, como demuestran las imágenes.

Entre los protagonistas un Luis Suárez, sospechoso habitual, que es capaz de simular que le duelen los dientes después de haber mordido. Puede que de la botella saliese una onda expansiva que hiciese caer como bolos a todos los futbolistas cercanos a la misma.  Tremendo es que se lancen objetos en un campo del fútbol, independientemente de la celebración, penoso es que los jugadores no se den cuenta de que son un ejemplo para miles de niños y traten de engañar al árbitro.

Atenta directamente contra el fair play y la deportividad. Es una forma de condicionar al trencilla, de actuar de mala fe y, tristemente, recurso habitual para jugadores mediocres, y a veces también estrellas, que tratan de sacar chance de la buena voluntad de los colegiados, que suelen creer a los futbolistas. Simulaciones de golpes, caídas cuando no ha habido impacto por parte del rival, vueltas sobre el verde haciendo la ‘croqueta’. Un crisol de argucias buscando que el árbitro ‘pique’ y sacar así tajada. Un comportamiento repugnante de unos profesionales en cuyo espejo se miran muchos niños.

No es raro pasarse por los campos de fútbol el fin de semana y constatar que los jóvenes futbolistas imitan celebraciones, gestos y conductas de sus ídolos. Los jugadores deberían ser responsables y conscientes de que miles de ojos los observan. Pero, por desgracia, muchos de ellos lo olvidan y si no reciben más castigo del merecido es porque a la mayoría de las veces a los colegiados les tiembla la mano a la hora de castigar sus acciones, temerosos del escudo que los ampara.

La realidad debería de ser otra, las malas acciones no tendrían que quedar impunes. No permitamos que el flopping sea lo normal, que ser limpio y honesto sea cosa de ‘tontos’. No dejemos que los ‘listos’ se salgan con la suya y censuremos estas conductas, más aún si son de nuestro equipo. En nuestra mano está que el deporte sea solo eso y no una escuela del engaño. Maestros sobran.


Feliz martes!

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