Os dejo mi artículo de esta semana en Dxtcampeón sobre porqué considero que el empate del Deportivo ante del Barcelona no fue un "accidente" como pregonó en sala de prensa Luis Enrique. Asimismo, os dejo también mi artículo de la semana pasada "sobrados", mi particular previa de ese partido.
Accidente
Así calificó Luis Enrique el sufrido empate del Deportivo
en el Nou Camp de un equipo que no se rindió y aprovechó el relax culé
(más pendiente de Mundialito) y la autopista de Mathieu por la banda
izquierda. Decir que es injusto el punto, como indicó el técnico
asturiano en sala de prensa, es no querer ver que hubo un equipo que, no
sólo no jugó sin complejos, sino que tuteó por momentos al todopoderoso
conjunto azulgrana.
Tildar de accidente a lo ocurrido en Can Barça es restar
méritos a un rival que plantó cara desde el primer minuto, con varios
avisos de Jonathan. Un adversario que supo sobreponerse a dos goles
imparables para un Lux que tuvo la oportunidad de lucirse.
Que al Deportivo se le da bien visitar el feudo culé es
atribuir casi a la suerte o a la fortuna el hecho de puntuar de nuevo en
el mismo escenario en el que el conjunto blanquiazul certificó la
permanencia la pasada campaña. El sábado los de Víctor Sánchez del Amo
dejaron claro que no fue casualidad puntuar ni entonces ni ahora. Que
tomen nota los agoreros y desconfiados, remontar un 2-0 al Barcelona
tiene más de gesta que de demérito del rival.
Aunque con la baja de Neymar, el Barcelona seguía teniendo
suficientes argumentos sobre el verde para amargar la tarde a los
deportivistas: Busquets, Iniesta, Suárez, Rakitic, Messi.... De nuevo el
argentino fusilaba la meta blanquiazul, ahora defendida por Lux.
Pero con la ventaja en el marcador de dos tantos, el
Barcelona decidió embarcar ya hacía Japón. No se trató únicamente de que
los azulgrana jugasen a medio gas, sino que el Deportivo, que había
hecho méritos para haber marcado, lograba de forma justa igualdar la
contienda.
A cinco minutos para el final del tiempo reglamentario,
Bergantiños ajustaba un potente disparo imposible para Bravo, después de
aprovechar el regalo de Mathieu. Merecido premio para el de la Sagrada,
que ya había celebrado el primero de un Lucas Pérez en estado de
gracia.
Ni el último intento de Piqué por convertirse en protagonista con su enésima demostración de obsesión merengue (y van...) ni las explicaciones de injusticias o accidentes deslucen un ápice el carácter de un Deportivo que no es ya el equipo revelación, sino una realidad. Y eso tiene poco de accidente y mucho de oficio.
Ni el último intento de Piqué por convertirse en protagonista con su enésima demostración de obsesión merengue (y van...) ni las explicaciones de injusticias o accidentes deslucen un ápice el carácter de un Deportivo que no es ya el equipo revelación, sino una realidad. Y eso tiene poco de accidente y mucho de oficio.
Sobrados ( o mi previa de este encuentro
El próximo rival liguero del
Deportivo, el Barcelona, va sobrado de muchas cosas. Sobrado de tridente letal
ofensivo, con tres bestias futbolísticas en estado de gracia: Suárez, Neymar y
Messi, que amenazan con sus dianas a la BBC merengue. Sobrado de calidad en la
medular, con Busquets e Iniesta, en la banda con Alves, en la defensa con
Piqué, que igual te despeja de cabeza, te mete un gol como si de un nueve se
tratase o se ríe él solo en las redes sociales mientras escupe para arriba.
Sobrado de recursos, de dinero
para fichar (cuando les dejen) todo aquello que quieran y destaque en otros
equipos, incapaces de pagar las estratosféricas cantidades que manejan los
culés, sobrado de marketing, de solera internacional, de millonarios contratos
publicitarios…
Sobrado también de soberbia. Por
mucho que hablen de Masía y valors,
ese halo de superioridad mal entendida sigue acompañando al Barcelona. Sólo así
se puede apreciar el feo al Villanovense. La lesión de Mathieu y la decisión de
Luis Enrique de jugar los poco más de diez minutos con un hombre menos sin
agotar el cambio que le quedaba es una muestra más de soberbia, la de un equipo
que goleaba (6-1) ante el conjunto extremeño. Para completar el esperpento Luis
Enrique pedía disculpas por si su gesto “pudo molestar a alguien” alegando que
no era su intención pero que “lo volvería a hacer”.
Agradezco desde aquí que la idea
no sea faltar al respeto de forma intencionada y me encanta la coletilla “lo
volvería a hacer”, pero también insto al técnico asturiano que, si se ve tan
“sobrado” pruebe a jugar con diez el próximo sábado ante el Deportivo en el
Camp Nou. A fin de cuentas, este Barcelona de los récords y el cero respeto por
el rival tiene que buscar nuevas gestas más allá de ganarlo todo. Una pica en
Flandes ya la puso el otro día en Copa jugando con diez para “no forzar” al
resto de efectivos del banquillo, que a bien seguro quedarían desfondados tras
12 minutos de tensión máxima en un partido que ganaban los azulgranas 6-1.
Comprensible.
Estoy convencida que diez
jugadores en el feudo culé, al abrigo de su abnegada afición son capaces de
doblegar a un conjunto como el Deportivo, que a fin de cuentas juega en otra
Liga, ¿no? Pero mucho me temo que los de Víctor Sánchez del Amo no saltarán al
césped con un hombre más que su rival. La soberbia del Barcelona no es tan
temeraria, y a bien seguro que Luis Enrique sacará a toda su artillería para
evitar desagradables sorpresas. Y es que la última vez, independientemente de
las circunstancias, el Deportivo consiguió algo más que un punto en Barcelona.
Feliz lunes!!
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