Os dejo mi artículo de esta semana en Dxtcampeón sobre la Carrera de la Mujer de este domingo y la polémica que hubo con el color de las camisetas. Lo único que espero es que todos disfrutemos de la carrera el domingo y dejemos de lado otros temas.
Sólo es deporte
Los eventos deportivos deberían
de ser sólo una forma más para practicar deporte, ponerse en forma y disfrutar.
Por desgracia, cada vez más se están colando entre ellos temas, en apariencia
tan dispares, como la política o las ideologías. Todo comenzó a raíz de la
polémica surgida entre el Ayuntamiento de A Coruña y la Carrera de la Mujer,
que celebra el próximo domingo día 20 su tercera edición en la ciudad
herculina.
La realización de la carrera
pendió de un hilo hasta el pasado lunes, debido a un desencuentro entre la
Conselleira de Igualdade e Diversidade, Rocío Fraga, y los organizadores de la
cita. El quid de la cuestión el color de la camiseta, rosa, que regala la
organización a todas las participantes, así como otros obsequios de los
patrocinadores de la prueba, como una revista del corazón, tildados como “machistas”
y cuya visión de la mujer no es que la quiere promover el consistorio coruñés.
La polémica estaba servida y en
las redes sociales el candente tema, con partidarios y detractores, alimentaba
la red del pajarito, los foros y las conversaciones convencionales. Desde la
organización se recordaba que el color de la elástica, además de ser el del
lazo del cáncer de mamá, nacía de la decisión de una macroencuesta entre muchas
de las participantes. Mientras, desde el ayuntamiento, Xulio Ferreiro, reconocía
que no iba a potenciar ciertos tópicos sobra la mujer.
Como corredora de las dos pasadas
ediciones puedo afirmar que nunca me
había parado a valorar una cuestión como el color de la camiseta. La
llevo ese día porque me gusta estrenarla para la cita y no siento que con ella
esté perpetuando ningún tipo de cliché como “los niños de azul las niñas de
rosa”. No soy consumidora de revistas del corazón, pero tampoco me ofende que
las haya en la bolsa de la corredora, se la cedo a quien la quiera leer, aunque
yo prefiriese un diario deportivo.
Los patrocinadores ponen el
dinero y exigen que sus productos tengan algún tipo de visibilidad, es
marketing. Y yo, como consumidora, elijo si los quiero o no. Nadie me obliga a
participar en la carrera de la mujer, ni a llevar su camiseta. Mi libertad
empieza donde acaba la del otro.
Y cuando corro al lado de todas esas mujeres
que llevan mensajes de recuerdo para los que no están, que compiten felices,
que caminan juntas, que dejan a un lado sus problemas para pasar un rato
agradable, sin más pretensiones que eso, no pienso en si llevando el color rosa
contribuyo o no a mantener un tópico, ni
en por qué no me indigno porque me regalan una revista rosa. Pienso en lo
importante que es la concienciación sobre una enfermedad de la que ninguna de
nosotras estamos inmunes, la buena iniciativa que me parece que este año todas
luzcamos como dorsal único el 016, el teléfono de atención a las víctimas de la
violencia de género, o lo maravilloso que es poder hacerlo mientras hago
actividad física. Quizá sea muy simple en mis pensamientos. Pero es que para mí
es sólo deporte.
Feliz martes!
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